LA BÚSQUEDA
DE LA IDENTIDAD
EN ALEJANDRA PIZARNIK
Y FIN DE CURSO
Felizmente –por lo menos a nosotros –se nos fue este año
2017 mientras trabajábamos en poesía. Porque la poesía protege, cobija, ampara,
sacude, pregunta. Esta es la síntesis de las tres últimas clases que tuvimos en
el Taller literario Abordajes poéticos.
Agradezco profunda y cálidamente la confianza depositada en
mí por parte del Consejo de Administración de la Fundación Argentina para la Poesía
–Lidia Vinciguerra, Norberto Barleand,
Daniel Couto– durante los últimos cuatro años en que me desempeñé en esta grata
tarea.
Lo hice con profunda vocación y con la plena convicción de que sí se
puede enseñar a utilizar las herramientas poéticas, y que trabajar es el
camino. Se aprende a escribir escribiendo, como lo acaba de decir Margaret
Atwood en su visita esta semana a la Biblioteca Nacional:
“Como consejo a las nuevas generaciones de
escritores, dijo: ´Escriban, escriban, lean, lean, lean. Cuando leemos a
otros autores estamos cultivando nuestro estilo y aprendiendo técnicas
narrativas. No se sientan inhibidos, el tacho de la basura está hecho para
ustedes. Escriban todos los días y sigan leyendo´. En su caso, contó que,
como rutina, escribe al menos dos páginas diarias”.
La mecánica de las últimas tres clases fue la siguiente.
Las
que dedicamos a la poesía y al pensamiento de Alejandra Pizarnik, hicimos un
abordaje desde lo semántico. En la primera, fuimos a la fuente de su
correspondencia y a sus diarios (abajo, la portada de la edición de Ed. Lumen (2010, edición a cargo de Ana Becciu), encontramos el hilo de Ariadna para lentamente
ir tirando de él: llegamos a la conclusión de que la identidad es su
narrativa, y su gran tema poético fue la búsqueda y construcción de esa
identidad.
Quiso experimentar desde el poema como lugar salvador,
como exorcizador de la palabra. Tal vez podría decirse en un psicologismo barato que el
personaje se comió a la persona. Y que esa profunda búsqueda la condujo por un camino tan
sinuoso como atormentador hacia una terroríficamente seductora bisagra: llegó a
un límite, una peligrosa frontera de la palabra en la que fue poderosamente
atraída por el abismo.
Como dijimos, el tema más importante en
la lírica pizarnikiana es el yo lírico cuestionado, el quién soy enfrentado al
espejo del quiénes somos, el devastador y eterno tema socrático que en el
sangriento siglo XX hizo visible el existencialismo: la identidad. Pizarnik tiene un
desvelo por nombrarse a ella misma, darse identidad. Sabe que tiene un problema
con su yo, con mirarse al espejo.
En nuestro siguiente encuentro trabajamos algunos de sus
poemas vinculados precisamente con el tema de la identidad.
Leímos:
MUCHO
MÁS ALLÁ
¿Y
qué si nos vamos anticipando
de
sonrisa en sonrisa
hasta
la última esperanza?
¿Y
qué?
¿Y
qué me da a mí,
a
mí que he perdido mi nombre,
el
nombre que me era dulce sustancia
en
épocas remotas, cuando yo no era yo
sino
una niña engañada por su sangre?
¿A
qué, a qué
este
deshacerme, este desangrarme,
este
desplumarme, este desequilibrarme
si
mi realidad retrocede
como
empujada por una ametralladora
y
de pronto se lanza a correr,
aunque
igual la alcanzan,
hasta
que cae a mis pies como un ave muerta?
Quisiera
hablar de la vida.
Pues
esto es la vida,
Este
aullido, este clavarse las uñas
en
el pecho, este arrancarse
la
cabellera a puñados, este escupirse
a
los propios ojos, sólo por decir,
sólo
por ver si se puede decir:
<¿es
que yo soy? ¿verdad que sí?
¿no
es verdad que yo existo
y
no soy la pesadilla de una bestia?>.
Y
con las manos embarradas
golpeamos
a las puertas del amor.
Y
con la conciencia cubierta
de
sucios y hermosos velos,
pedimos
por Dios.
Y
con las sienes restallantes
de
imbécil soberbia
tomamos
de la cintura a la vida
y
pateamos de soslayo a la muerte.
Pues
eso es lo que hacemos.
Nos
anticipamos de sonrisa en sonrisa
hasta
la última esperanza.
EL
DESPERTAR
A León Ostrov
Señor
La
jaula se ha vuelto pájaro
y
se ha volado
y
mi corazón está loco
porque
aúlla a la muerte
y
sonríe detrás del viento
a
mis delirios
Que
haré con el miedo
Que
haré con el miedo
Ya
no baila la luz en mi sonrisa
ni
las estaciones quemasen palomas en mis ideas
Mis
manos se han desnudado
y
se han ido donde la muerte
enseña
a vivir a los muertos
Señor
El
aire me castiga el ser
Detrás
del aire hay monstruos
que
beben de mi sangre
Es
el desastre
Es
la hora del vacío no vacío
Es
el instante de poner cerrojo a los labios
oír
a los condenados gritar
contemplar
a cada uno de mis nombres
ahorcados
en la nada
Señor
tengo
veinte años
También
mis ojos tienen veinte años
y
sin embargo no dicen nada
Señor
He
consumado mi vida en un instante
La
última inocencia estalló
Ahora
es nunca o jamás
o
simplemente fue
¿Cómo
no me suicido frente a un espejo
y
desaparezco para reaparecer en el mar
donde
un gran barco esperaría
con
las luces encendidas?
¿Cómo
no me extraigo las venas
y
hago con ellas una escala
para
huir al otro lado de la noche?
El
principio ha dado a luz el final
Todo
continuará igual
Las
sonrisas gastadas
El
interés interesado
Las
preguntas de piedra en piedra
Las
gesticulaciones que remedan amor
Todo
continuará igual
Pero
mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque
aún no les enseñaron
que
ya es demasiado tarde
Señor
Arroja
los féretros de mi sangre
Recuerdo
mi niñez
cuando
yo era una anciana
Las
flores morían en mis manos
porque
la danza salvaje de la alegría
les
destruía el corazón
Recuerdo
las negras mañanas de sol
cuando
era niña
es
decir ayer
es
decir hace siglos
Señor
La
jaula se ha vuelto pájaro
Qué
haré con el miedo
1
He
dado el salto de mí al alba.
He
dejado mi cuerpo junto a la luz
y
he cantado la tristeza de lo que nace
6
ella
se desnuda en el paraíso
de
su memoria
ella
desconoce el feroz destino
de
sus visiones
ella
tiene miedo de no saber nombrar
lo
que no existe
8
Memoria
iluminada, galería donde vaga la sombra de lo que espero.
No
es verdad que vendrá. No es verdad que no vendrá.
10
un
viento débil
lleno
de rostros doblados
que
recorto en forma de objetos que amar
11
ahora
en
esta hora inocente
yo
y la que fui nos sentamos
en
el umbral de mi mirada
13
explicar
con palabras de este mundo
que
partió de mí un barco llevándome
14
El
poema que no digo,
el
que no merezco.
Miedo
de ser dos
camino
del espejo:
alguien
en mí dormido
me
come y me bebe.
18
como
un poema enterado
del
silencio de las cosas
hablas
para no verme
20
dice
que no sabe del miedo de la muerte del amor
dice
que tiene miedo de la muerte del amor
dice
que el amor es muerte es miedo
dice
que la muerte es miedo es amor
dice
que no sabe
A Laure
Bataillon
23
una
mirada desde la alcantarilla
puede
ser una visión del mundo
la
rebelión consiste en mirar una rosa
hasta
pulverizarse los ojos
24
(un dibujo de
Wols)
estos
hilos aprisionan a las sombras
y
las obligan a rendir cuentas del silencio
estos
hilos unen la mirada al sollozo
En el último encuentro pedí a los talleristas que trajeran
dos poemas preferidos: uno propio y otro de otro/a poeta. Cada uno leyó estas
dos elecciones, trabajamos esos textos y sus recursos. Finalmente, brindamos
por un nuevo año pleno de poesía y con los poquitos que fuimos, tomamos esta foto.
Gracias siempre a la cálida presencia y asistencia de Norma Belleri. Gracias nuevamente por el espacio a la Fundación Argentina para la Poesía y a la Sociedad Argentina de Escritores.
En 2018 nos veremos aquí o allá, donde los buenos vientos nos junten.
Que como dice aquella antigua Bendición Celta:
Gracias siempre a la cálida presencia y asistencia de Norma Belleri. Gracias nuevamente por el espacio a la Fundación Argentina para la Poesía y a la Sociedad Argentina de Escritores.
En 2018 nos veremos aquí o allá, donde los buenos vientos nos junten.
Que como dice aquella antigua Bendición Celta:
Que el camino salga a tu encuentro.
Que el viento siempre esté detrás de ti
y la lluvia caiga suave sobre tus campos.
Y hasta que nos volvamos a encontrar,
que Dios te sostenga suavemente
en la palma de su mano.
La Yapa
1- Escrito con un nictógrafo, poema de Arturo Carrera en la voz de Alejandra Pizarnik
3- Documentales hechos por el Canal Encuentro: "En esta noche, en este mundo" y "Memoria iluminada"
¡Nos deseo un gran año poético! ¡Felicidades!!!! Por un muy buen 2018 pleno de buenas metáforas que nos expresen.