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sábado, 8 de agosto de 2015

Clase N° 44 - jueves 6 de agosto 2015

 Una propone y las circunstancias se imponen. Pensaba dar otra poética, pero dedicaremos esta clase a Juana Bignozzi, poeta argentina que falleció ayer.

UNA PROVOCADORA, CULTA Y ENRAIZADA POETA DE LA VIDA DIARIA: “mi poesía es ideológica, no política”, dijo. "No soy populista -decía-, esa es la diferencia entre haber nacido en un barrio obrero; no necesito demostrarlo".


Su poesía se afirmó progresivamente en un tratamiento de un yo poético de una indiscutible originalidad, que trasciende los motivos recurrentes de la generación del ´60, de la que formó parte, y la convierte en un referente ineludible en la poesía argentina.

Poeta argentina nacida en Buenos Aires en 1937. Aficionada desde pequeña a la poesía, obtuvo reconocimientos como lectora en la escuela primaria.
A los veinte años trabajó como periodista, se relacionó con varios intelectuales reconocidos y formó parte del grupo poético El pan duro creado por Juan Gelman en 1955. En 1960 fue publicado su primer libro de poemas, Los límites, seguido por Tierra de nadie en 1962. En 1974, cuatro años después de contraer matrimonio, se radicó en Barcelona donde trabajó como traductora y continuó su carrera literaria publicando obras como Regreso a la patria en 1989, Mujer de cierto orden en 1990, Interior con poeta en 1993, Partida de las grandes líneas en 1997, La ley tu ley en 2000 y Quién hubiera sido pintada en 2001.

Es una de las poetas esenciales del panorama argentino contemporáneo. Entre los galardones obtenidos se destacan el Premio Municipal de Poesía en el año 2000 y el Premio Konex  por el quinquenio 1999-2003.

Residió en Buenos Aires desde el año 2004. Murió el 5 de agosto de 2015.

Entre las afinidades literarias de Bignozzi se podría mencionar a un puñado de poetas que ella misma citaba en sus libros, como Eugenio Montale, Juan L. Ortiz, Paul Eluard, T. S. Eliot, Cesare Pavese y Anna Ajmátova.




Ésta es una rara foto de archivo periodístico. Había nacido en el barrio de Saavedra, el 21 de septiembre de 1937 en el seno de una familia obrera de militancia anarquista, que se pasó al Partido Comunista durante el peronismo.

 “Después, sólo se trató de lo más difícil. Quiero decir, acentuar las cualidades de su voz: la musicalidad atenuada, moldeada sobre una sintaxis perfecta, que no necesita de la puntuación porque parece un orden natural de la lengua”, advertía Beatriz Sarlo.

Bignozzi reconocía esa posición inicial a contrapelo de los “aires” de época: “Yo no tenía en ese momento una vida que justificara mi posición, un tanto irónica, muy desdeñada, como de estar de vuelta. Yo creaba allí una postura, un personaje literario”.

Además de ser una figura clave para la poesía joven de los ´60, una de las que más se rescatan de esa generación –junto a Joaquín Gianuzzi y a Héctor Viel Temperley–, era un personaje habitual en tertulias poéticas. Lejos de mantenerse en el fóbico Parnaso de los grandes, Juana se describía como “callejera”, estaba en el centro mismo de la ciudad y con conocimiento de lo que pasaba en el mundo poético.

En 1974, junto a su marido Hugo Mariani, decidió radicarse en Barcelona (España), donde se desempeñó como traductora de italiano y francés. Tradujo más de cuatrocientos títulos de autores como Marguerite Duras, Alfred Jarry y Jean Marie Gustave Le Clézio, entre otros.

“Nosotros nos fuimos porque pensamos que iban a gobernar los montoneros. Nos fuimos para volver en unos años, pero no pudimos. Por eso yo no acepto la palabra exiliada, acepto la palabra desterrada, apátrida. Nosotros dijimos esta fiebre montonera va a pasar, y en dos años o tres volvemos. Aprovechamos para estudiar algunas cosas que queremos en Europa. Desde luego no imaginamos lo que iba a pasar en los años siguientes. Había tantos golpes que pensamos que pronto iba a pasar, no que se iba a convertir en un exterminio sistemático”, explicaba Bignozzi.

Antes de volver a Buenos Aires en 2004, publicaría Regreso a la patria (1989), Interior con poeta (1993), Partidas de las grandes líneas (1997), La ley tu ley (2000) y Quién hubiera sido pintada (2001). En 2010 apareció si alguien tiene que ser después –título que se escribe todo en minúscula–, un libro que la poeta reconocía que era más libre que los anteriores, “donde me animé a poner cosas que no me hubiera animado a poner antes”.

En el prólogo a ese libro, Tamara Kamenszain (abajo, completa) pondera la posición provocadora de Bignozzi: “Se trata de un estado de vigilia crítica que pone las cosas en su lugar incluso con la risa de la rima: ‘mientras mis colegas escriben los grandes versos de la poesía argentina/ yo hiervo chauchas ballina’. Es por eso que en la obra de esta poeta grande no hay grandes versos destinados a quedar arrumbados en el museo”. Entre los premios que recibió se destacan el Konex Diploma al Mérito en el quinquenio 1999-2003 y el Rosa de Cobre, otorgado por la Biblioteca Nacional en 2013.

“Mi obra tiene una relación muy limitada con mi vida –afirmaba en una entrevista con Martín Prieto–. Lo que parece confesional nunca es una confesión sobre mi vida (...). Yo pienso que nosotros durante mucho tiempo pensamos que el sesenta era sólo la izquierda y es evidente que en esa evaluación dejamos un pedazo del mundo afuera”.

El año pasado publicó el que sería su último libro, Las poetas visitan a Andrea del Sarto.


Recurso

El recurso poético que más la identifica -creemos- es el semántico fluir de la conciencia. Ya en sus tres últimos poemarios, la poeta no usará mayúsculas ni ningún signo suprasegmental (puntos, comas, etc.)



Aquí, parte de su obra poética


Ce triste exil, ce fier exil

En las noches felices con la gente que amo
él hace sentir su ausencia,
se instala en el amor que me dan,
en el amor que doy,
en el otoño, sí, ya sé, las hojas;
dos amigas caminan por calles entrañables,
hablan del amor, la vida, los hombres,
se dejan envolver por la dulzura de la noche de mayo,
hacen a un lado las cosas irremediables,
caminan solas entre los olores, las luces de las ventanas,
algún rostro obsesivo que insiste, insiste,
pero ellas saben tanto sobre el amor, tanto,
que pueden convertir todo en una charla brillante
el hombre que desean hasta sentir frío,
el verdadero amor
y el aplastante domingo que hay que atravesar
para que su voz sea de nuevo
y todo empiece a cobrar vida.

Los amigos que me aman hablan de mis ojos,
ya sé, son importantes como las hojas en otoño,
pero todo cae a golpes
en estos domingos para lanas tibias, hijos que no tengo,
globos de colores en el parque.

Entre ritos familiares se calienta al sol
impura,
como si hubiera encendido fuego en viernes
o hubiera cantado en tierra extranjera.

De "Mujer de cierto orden" 1967


Domingo a la tarde

Cuando se sientan frente a frente
amores imposibles, quincallería amistosa,
tipos que se atrevieron y esa mujer intensa
que lleva augurios a felicidades que nunca entenderá,
la buena gente desecha las malas palabras,
la buena gente dice todos tienen posibilidades en la vida,
sienten crecer su amor por esa mujer intensa,
tan sola, que vivirá siempre detrás de una ventana
y todo lo que le ofrecen está demasiado azucarado.

De "Mujer de cierto orden" 1967


Soy una mujer sin problemas

Todos lo saben
y entonces buscan mi compañía para charlar por las noches.
Sin embargo yo conozco a alguien que quiere morir en paz consigo mismo
y me produce estremecimientos, insomnio, soledad,
porque la paz conmigo misma sería una guerra sin fin,
dos o tres asesinatos inevitables y alguna entrega desmedida
que no entra en mis planes.
Sin embargo yo sueño por las noches
con un jardín inmenso donde los muertos se levantan para saludarme;
yo sueño con un hombre que me inquieta y como lo ignora
me habla amigablemente del resto del mundo
y de mis múltiples amores, tan simpáticos,
tan apropiados como tema de conversación.

De "Mujer de cierto orden" 1967


Dulce post art nouveau

Desde este balcón miro llover sobre el mar
-Europa provee las imágenes de afiche I ,
cumple los sueños de barrio
su realidad aumenta la cursilería y la verdad-
yo hago una lista donde objetos amados
se mezclan con objetos necesarios
a los que el agua y la distancia confunde y a veces ni rescata

todos vuelven sobre esta calmísima agua
que llega hasta el pie de mi casa
pocos logran tener una cara

si la palabra tiene valor
esta distancia lo probará
si la palabra es vida y los que la manejan viven en ella
ésta es la prueba
si ya pensé mi vida o sea ya la viví
el agua de este mediterráneo tan muerto
es prueba y respuesta

De "Regreso a la patria" 1989


Tantas flores a la madrugada tanto vino blanco con los amigos...

Tantas flores a la madrugada tanto vino blanco con los amigos
íntima perdida última
tanta vida para la literatura
tanta hermosa fantasía desplegada
corazoncitos en los vidrios empañados en vez de amor
tanto lúcido ascendente iluminista buen alumno
aquellos mis amiguitos con su pacífico partido de izquierda
tanta prueba de amor colgada de un clavito
tanta vida tirada a los perros y a los cobardes
el recuerdo de algunos que en lo mejor de mi vida
en fin cambiemos de tema
después de besar a los íntimos todos los días
como si fuera la despedida del alma
puedo asegurarles que no les crearé ningún problema
soy muy inofensiva
no me pasearé por el mundo con plumas doradas
ni gritaré a destiempo
sólo qué tal va consiga un bote al exilio
o todo termine en un claustro con una labor de petit point

De "Regreso a la patria" 1989

Yo que moriré vendiendo las joyas...

Yo que moriré vendiendo las joyas
que nunca tuve
extiendo esta mano como si blandiera guante de encaje
que no conoció
porque hizo domésticas tareas
con sentido histórico hartazgo y cierta dignidad
yo que moriré
espero limpia y perfumada y es probable con olor a decencia
no olvidaré el escenario inaugural
donde se encendieron y apagaron las luces
donde creció mi adolescencia y murió mi juventud

De "Regreso a la patria" 1989


El sujeto de la izquierda

educada para ser
la magnífica militante de base de un partido
que por no leer la historia de mi país
se ha convertido en polvo no enamorado sino muerto
preparada para una eterna carrera de fondo
tengo ante los ojos una pared impenetrable
detrás de la cual sólo hay
otros 50 años de trabajo y espera
De "Interior con poeta" 1993

Extrañas parejas

siempre volví en olor de bienvenida
flores animalitos de mis colores
corazones de papel que son los que me importan
y ahora entro en una casa donde
hay que dar la luz y el agua
y no buscar bebida en vaso limpio no la hay
sólo una voz por el teléfono

he aceptado entrar en una casa a oscuras
para que en mi vida no echara raíces el patetismo

De "Interior con poeta" 1993


Interior con poeta III

Desde mi ventana
silencio de verano silencio de invierno
veo servir la comida
encenderse las luces
lámparas del atardecer mesas del mediodía
¿acogerían ellos a una sin patria?
¿no estaría mi corazón para siempre en otra tierra?
soy ajena a las ceremonias de la costumbre
que suelen acogerme para señalarme extranjera
vidas de espaldas al mar que es el camino de mi vida
De "Interior con poeta" 1993


El hombre que me compra flores...
el hombre que me compra flores
se las guarda en el bolsillo después de dedicármelas
recomienda serenidad ante mis síntomas y mis pérdidas,
cuando se ha asegurado de que recuerdo la hora del regreso
me pide que deje de buscar mi maleta
vuelva a calzarme mis incómodos zapatos
y busquemos un buen lugar para comer
De "Partida de las grandes líneas" 1997


Y por último, el bellísimo poema titulado:

 En otra vida yo miraba desde la ventana de un bar...
en otra vida yo miraba desde la ventana de un bar
cómo la tormenta aplastaba las flores azules contra los cordones
contra las paredes
y por ese momento único de la juventud que dura muy poco
supe que nunca olvidaría esa escena en que nada aparecía
de lo que amaba me interesaba o temía
ni novios ni odios ni otros poetas ni revistas de opinión ni
secretarios de barrio ni amigos imbuidos de una colonizada cultura pavesiana
sólo las flores azules y la lluvia
recuerdo el nombre del pueblo la hora y esa lluvia
que nunca en las décadas que siguieron confundí con alguna otra

De "La ley tu ley" 2000








Aquí, el prólogo que escribió en 2010 la poeta Tamara Kamenzain al poemario titulado: si alguien tiene que ser después, de Juana Bignozzi, Adriana Hidalgo 86 páginas.

                                                                            &

"Fue una poeta de poetas, que, sin embargo, no vivía solamente de poesía. La ópera y la pintura eran para ella tan importantes como Pavese. Era una poeta tremendamente culta. De ahí venía tal vez su idea de la belleza. Su último libro, minúsculo, perfecto a la manera de Bignozzi, se llamaba significativamente Las poetas visitan a Andrea del Sarto. En un verso de un libro anterior, Regreso a la patria (1989), hay una declaración que la sigue implicando: "Sé que largué un búmeran que todavía no volvió".

Dice Pablo Gianera en su necrológica publicada en el diario La Nación:

http://www.lanacion.com.ar/1816541-juana-bignozzi-poeta-de-tono-unico-y-belleza-inevitable


                                                                            &

Esta necrológica, por su parte, fue realizada por Silvina Friera, fue publicada en Página/12:


http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-36285-2015-08-06.html


                                                                            &

"Muy poco vallejeana ("leí muchísimo a Rubén Darío antes de leer a Vallejo"), nada coloquial ("no pertenezco a una clase obligada a defender lo popular"), alejada del rupturismo irracionalista del surrealismo ("Paul Eluard ha sido el único surrealista que me marcó durante mucho tiempo, por ser el menos ingenioso de todos"), la apuesta estética de Bignozzi se juega al margen de las líneas emblemáticas de los años ´60".


Dice de ella Guillermo Martínez en su nota realizada para La Nación titulada La justa belleza:


                                                                            &

Por último, la entrañable necrológica-despedida que publicó Beatriz Sarlo:




Gente: 

no olviden subir sus poemas. Bienvenida a la nueva integrante del taller, Adriana.

Y que la lluvia que se avecina durante toda la semana riegue nuestro trabajo poético.








2 comentarios:

  1. Ejercicio

    Juana Bignozzi
    Fluir de la conciencia

    La ciudad vista desde abajo

    Creo que yo era un poco invisible
    o por lo menos así me lo decía
    usaba ropa color de olvido
    zapatos crueles para arraigarme al suelo
    o para aislarme, no sé.

    Volvimos en cuatro, cinco años a vernos por la ventana del subte
    Luego en un bar.
    Vos estabas sentada junto a varias caras serias, atentas.
    La lluvia te ocultó mis pensamientos
    me fue borrando la gente que pasaba a mi alrededor.

    claro, tal vez por eso ansiaba llegar a casa
    al silencio que siempre me esperaba, paciente,
    al desierto de voces y deseos cortados a cuchillo.

    Y sí, siempre te busqué, por todas partes,
    por los lugares en donde estuvimos y por los otros.
    Por qué, te preguntarás. Si es que te preguntás.
    Será el temor a no volverte a ver, o tal vez
    todo lo contrario.




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