POÉTICA DE
OCTAVIO PAZ -2
Las peras del olmo, In/mediaciones y Al paso.
Este es el programa N° 7, nuestra 7ma clase de Abordajes poéticos, el taller de lectoescritura de la Fundación Argentina para la Poesía realizado online vía streaming los jueves de 18 a 19 hs, hora argentina, en www.onradio.com.ar
Este es el audio del taller-programa:
Los asistentes leyeron sus trabajos realizados bajo la consigna de la clase pasada, un poema con el recurso visto: la anáfora. Y que a su vez, será también la consigna para nuestro siguiente encuentro.
Continuamos con el abordaje de la obra del gran poeta y ensayista mexicano, Octavio Paz, tema que habíamos comenzado el jueves pasado.
Estos son los poemas que leímos:
A través
Doblo
la página del día,
escribo lo que me dicta el movimiento de tus pestañas.
*
Mis
manos
abren las cortinas de tu ser te visten con otra desnudez descubren los cuerpos de tu cuerpo Mis manos inventan otro cuerpo a tu cuerpo.
*
Entro
en ti,
veracidad de la tiniebla. Quiero las evidencias de lo oscuro, beber el vino negro: toma mis ojos y reviéntalos.
*
Una
gota de noche
sobre la punta de tus senos: enigmas del clavel.
*
Al
cerrar los ojos
los abro dentro de tus ojos.
*
En su lecho
granate
siempre está despierta y húmeda tu lengua.
*
Hay
fuentes
en el jardín de tus arterias.
*
Con una
máscara de sangre
atravieso tu pensamiento en blanco: desmemoria me guía hacia el reverso de la vida. |
Aquí
Mis pasos en esta calle
resuenan en otra calle donde oigo mis pasos pasar en esta calle donde
Sólo es real la niebla.
|
Bajo tu clara sombra
Un cuerpo, un cuerpo solo, un
sólo cuerpo
un cuerpo como día derramado y noche devorada; la luz de unos cabellos que no apaciguan nunca la sombra de mi tacto; una garganta, un vientre que amanece como el mar que se enciende cuando toca la frente de la aurora; unos tobillos, puentes del verano; unos muslos nocturnos que se hunden en la música verde de la tarde; un pecho que se alza y arrasa las espumas; un cuello, sólo un cuello, unas manos tan sólo, unas palabras lentas que descienden como arena caída en otra arena….
Esto que se me escapa,
agua y delicia obscura, mar naciendo o muriendo; estos labios y dientes, estos ojos hambrientos, me desnudan de mí y su furiosa gracia me levanta hasta los quietos cielos donde vibra el instante; la cima de los besos, la plenitud del mundo y de sus formas. |
Cuerpo a la vista
Y las sombras se abrieron otra
vez
y mostraron su cuerpo: tu pelo, otoño espeso, caída de agua solar, tu boca y la blanca disciplina de tus dientes caníbales, prisioneros en llamas, tu piel de pan apenas dorado y tus ojos de azúcar quemada, sitios en donde el tiempo no transcurre, valles que sólo mis labios conocen, desfiladero de la una que asciende a tu garganta entre tus senos, cascada petrificada de la nuca, alta meseta de tu vientre, playa sin fin de tu costado.
Tus ojos son los ojos fijos del
tigre
y un minutos después son los ojos húmedos del perro. Siempre hay abejas en tu pelo. Tu espalda fluye tranquila bajo mis ojos como la espalda del río a la luz del incendio.
Aguas dormidas golpean día y
noche
tu cintura de arcilla y en tus costas, inmensas como los arenales de la luna, el viento sopla por mi boca y un largo quejido cubre con sus dos alas grises la noche de los cuerpos, como la sombra del águila la soledad del páramo.
Las uñas de los dedos de tus
pies
están hechas del cristal del verano. Entre tus piernas hay un pozo de agua dormida, bahía donde el mar de noche se aquieta, negro caballo de espuma, cueva al pie de la montaña que esconde un tesoro, boca de horno donde se hacen las hostias, sonrientes labios entreabiertos y atroces, nupcias de la luz y la sombra, de lo visible y lo invisible (allí espera la carne su resurrección y el día de la vida perdurable)
Patria de sangre,
única tierra que conozco y me conoce, única patria en la que creo, única puerta al infinito. |
Destino del poeta
¿Palabras? Sí, de aire,
y en el aire perdidas.
Déjame que me pierda entre
palabras,
déjame ser el aire en unos labios, un soplo vagabundo sin contornos que el aire desvanece.
También la luz en sí misma se
pierde.
|
El pájaro
En el silencio transparente
el día reposaba: la transparencia del espacio era la transparencia del silencio. La inmóvil luz del cielo sosegaba el crecimiento de las yerbas. Los bichos de la tierra, entre las piedras, bajo la luz idéntica, eran piedras. El tiempo en el minuto se saciaba. En la quietud absorta se consumaba el mediodía.
Y un pájaro cantó, delgada
flecha.
Pecho de plata herido vibró el cielo, se movieron las hojas, las yerbas despertaron… Y sentí que la muerte era una flecha que no se sabe quién dispara y en un abrir los ojos nos morimos. |
El sediento
Por
buscarme, Poesía, en ti me busqué:
deshecha estrella de agua, se anegó en mi ser. Por buscarte, Poesía, en mí naufragué.
Después
sólo te buscaba
por huir de mí: ¡espesura de reflejos en que me perdí!
Mas
luego de tanta vuelta
otra vez me vi: el mismo rostro anegado en la misma desnudez; las mismas aguas de espejo en las que no he de beber; y en el borde del espejo, el mismo muerto de sed.
Elegía interrumpida
|
¡Buena semana poética!
Y recordamos que
Los Abordajes poéticos pueden verse y escucharse online los días jueves de 18 a 19 hs, horario de la Argentina, vía streaming, por www.onradio.com.ar
¡FELIZ PRIMAVERA!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario