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viernes, 1 de agosto de 2014

Clase N° 14 31-Jul-14

Hoy vamos a continuar explorando el tema del retrato y el autorretrato, junto con los tres recursos que vimos la clase pasada.

Prosopografía
Descripción física de una persona.

Etopeya
Descripción psicológica o moral de una persona.

Écfrasis
Representación escrita de una representación visual.

Estos tres recursos están articulados entre sí, tanto en retrato como en autorretrato.

Actualmente se dicta en la UBA una carrera llamada Artes combinadas, en ella se estudia ese un trasvasamiento y articulación entre las diferentes artes.


La Gioconda


La Gioconda es el retrato más famoso y conocido de la humanidad. Esto se debe a su inigualable calidad pictórica, pero también al halo de misterio y ambigüedad que rodea a la obra, debido a la multiplicidad de interpretaciones y formas de visualizarla, a la incerteza sobre quién fue el modelo del retrato, el paisaje que la circunda, el motivo del cuadro.

Fue el último cuadro que pintó Leonardo da Vinci, y lo conservó durante años, en los que le fue realizando retoques. Posteriormente, lo compró Francisco I, rey de Francia. De la mano de la Revolución Francesa, La Gioconda llegó al Louvre, donde se conserva actualmente.

Su nombre, La Gioconda (la alegre, en castellano), deriva de la tesis más aceptada acerca de la identidad de la modelo: la esposa de Francesco Bartolomeo de Giocondo, que realmente se llamaba Lisa Gherardini, de donde viene su otro nombre: Mona (señora, del italiano antiguo) Lisa.

Es un óleo sobre tabla de álamo de 77 x 53 cm, pintado entre 1503 y 1519, y retocado varias veces por el autor. Se considera el ejemplo más logrado de sfumato, técnica muy característica de Leonardo, si bien actualmente su colorido original es menos perceptible por el oscurecimiento de los barnices.

Por medio de estudios históricos se ha determinado que la modelo podría ser una vecina de Leonardo, que podrían conocerse sus descendientes y que la modelo podría haber estado embarazada. Pese a todas las suposiciones, las respuestas en firme a los varios interrogantes en torno a la obra de arte resultan francamente insuficientes, lo que genera más curiosidad entre los admiradores del cuadro.

La fama de esta pintura no se basa únicamente en la técnica empleada o en su belleza, sino también en los misterios que la rodean. Además, el robo que sufrió en 1911 (en el cual participó un argentino), las reproducciones realizadas, las múltiples obras de arte que se han inspirado en el cuadro y las parodias existentes contribuyen a convertir a La Gioconda en el cuadro más famoso del mundo, visitado por millones de personas anualmente.


La técnica empleada, conocida con el término italiano de sfumato, consiste en prescindir de los contornos netos y precisos típicos del "Quattrocento" y envolverlo todo en una especie de niebla que difumina los perfiles y produce una impresión de inmersión total en la atmósfera, lo que da a la figura una sensación tridimensional, efecto que puede visualizarse en manos y en los ojos, que le dan al observador la sensación de que la Gioconda lo “mira”, independientemente del ángulo y la posición del mismo respecto del cuadro, y da la sensación de estar viva, de que nos observa y de que va cambiando de expresión.

Los paisajes que se observa a ambos lados de la modelo no concuerdan en la altura, de tal manera que no es posible “compaginarlos” en una solución de continuidad coherente. Esta discordancia, además, hace parecer a la Gioconda más alta y erguida si se la observa desde el lado izquierdo del cuadro.

La modelo carece de cejas y pestañas. Existe la posibilidad de que esto sea el resultado de restauración demasiado agresiva en siglos pasados, en la cual se habrían eliminado las veladuras o leves trazos con que se pintaron. Pero también existe la hipótesis de que Leonardo evitó pintar las cejas y las pestañas para dejar su expresión más ambigua, o tal vez porque nunca llegó a terminar la obra.

Sobre la cabeza lleva un velo, signo de castidad y atributo frecuente en los retratos de esposas. El brazo izquierdo descansa sobre el de la butaca. La mano derecha se posa sobre la izquierda. Esta postura transmite una impresión de serenidad y de que el personaje retratado domina sus sentimientos.

Además de la nombrada Lisa Gherardini, existen numerosas teorías acerca de modelos alternativas tales como Isabel de Aragón, una amante del propio Leonardo, un adolescente vestido de mujer, un autorretrato del autor en versión femenina o incluso una simple mujer imaginaria. A este respecto, Sigmund Freud sugirió que la pintura reflejaba una "preocupante masculinidad". Estudios que apoyan la teoría de la identidad masculina del modelo lo identifican como Gian Giacomo Caprotti, conocido como Il Salai.

Seguidamente, continuamos leyendo poemas relacionados con el retrato y el autorretrato. Y luego trabajaremos los recursos desde la imagen que veremos de La Gioconda. 

Rafael Alberti (1902 - 1999): escritor español, especialmente reconocido como poeta, miembro de la Generación del ´27. Está considerado uno de los mayores literatos españoles de la llamada Edad de Plata de la literatura española, y, además, era pintor. Fue uno de los muchos españoles que llegaron a la Argentina luego de la Guerra Civil, escapando de la dictadura franquista. A España pudo retornar recién en 1977.

A la pintura

A ti, lino en el campo. A ti, extendida
superficie, a los ojos, en espera.
A ti, imaginación, helor u hoguera,
diseño fiel o llama desceñida.

A ti, línea impensada o concebida.
A ti, pincel heroico, roca o cera,
obediente al estilo o la manera,
dócil a la medida o desmedida.

A ti, forma; color, sonoro empeño
porque la vida ya volumen hable,
sombra entre luz, luz entre sol, oscura.

A ti, fingida realidad del sueño.
A ti, materia plástica palpable.
A ti, mano, pintor de la Pintura.

(A la pintura, 1945-1967) 

Si bien este poema no es un retrato, habla de sus materiales, es parte de la prosopografía.



Delmira Agustini (1886-1914): poeta y activista femenina uruguaya. Su poesía expresó el erotismo femenino en una época en la que el mundo estaba dominado por el hombre. Su estilo pertenece a la primera fase del Modernismo y sus temas tratan acerca de la fantasía y materias exóticas. A los 27 años murió asesinada por Enrique Job Reyes, su ex marido, a pocos meses de divorciarse luego de un breve matrimonio.

Con tu retrato

Yo no sé si mis ojos o mis manos
encendieron la vida en tu retrato;
nubes humanas, rayos sobrehumanos,
todo tu Yo de Emperador innato

amanece a mis ojos, en mis manos.
¡Por eso, toda en llamas, yo desato
cabellos y alma para tu retrato,
y me abro en flor!… Entonces, soberanos

de la sombra y la luz, tus ojos graves
dicen grandezas que yo sé y tú sabes…
y te dejo morir… Queda en mis manos

una gran mancha lívida y sombría…
¡Y renaces en mi melancolía
formado de astros fríos y lejanos!


Gonzalo Rojas (1916-2011): Poeta y profesor chileno, perteneciente a la generación del ´38. Su obra se enmarca en la tradición continuadora de las vanguardias literarias latinoamericanas del siglo XX. Debió exiliarse de Chile en 1973, con el advenimiento de la dictadura pinochetista. Retornó a Chile en 1994 donde vivió sus últimos años.

Retrato de mujer

Siempre estará la noche, mujer, para mirarte cara a cara,
sola en tu espejo, libre de marido, desnuda,
con la exacta y terrible realidad del gran vértigo que te destruye.
Siempre vas a tener tu noche y tu cuchillo,
y el frívolo teléfono para escuchar mi adiós de un solo tajo.

Te juré no escribirte. Por eso estoy llamándote en el aire
para decirte nada, como dice el vacío: nada, nada,
sino lo mismo y siempre lo mismo de lo mismo
que nunca me oyes, eso que no me entiendes nunca,
aunque las venas te arden de eso que estoy diciendo.

Ponte el vestido rojo que le viene a tu boca y a tu sangre,
y quémame en el último cigarrillo del miedo al gran amor,
y vete descalza por el aire que viniste
con la herida visible de tu belleza.
Lástima de la que llora y llora en la tormenta.
No te me mueras.

Voy a pintarte tu rostro en un relámpago tal como eres:
dos ojos para ver lo visible y lo invisible,
una nariz arcángel y una boca animal,
y una sonrisa que me perdona,
y algo sagrado y sin edad que vuela en tu frente, mujer,
y me estremece, porque tu rostro es rostro del Espíritu.

Vienes y vas, y adoras al mar
que te arrebata con su espuma, y te quedas inmóvil,
oyendo que te llamo en el abismo de la noche,
y me besas lo mismo que una ola.
Enigma fuiste. Enigma serás. No volarás conmigo.
Aquí mujer, te dejo tu figura.


Es un retrato de una mujer genérica, idealizada por el poeta.

Y por último, leeremos dos poemas de dos poetas en otras lenguas, francés e inglés. Primero, escucharemos la versión en francés, con la colaboración de Michou en la lectura, para escuchar la musicalidad del poema en su lengua original, y luego, veremos una traducción. Y repetiremos ese mismo proceso con un par de estrofas del poema en inglés, porque es muy extenso; no obstante en el blog, estará completo. Lo leerá Gabriel. Gracias a ambos. 


Blaise Cendrars (1887-1961): su nombre real era Frédéric-Louis Sauser, escritor suizo en lengua francesa. Sus viajes, reales e imaginarios, son la fuente de inspiración principal de su poesía y de su prosa. Tras enrolarse en la Legión Extranjera, participó en la Primera Guerra Mundial en la que perdió el brazo derecho, amputado en 1915 por encima del codo. Este acontecimiento marcó su obra profundamente, puesto que si su brazo derecho fue el que le servía tanto para su oficio de escritor, también le era necesario para el de pianista. La guerra decidió su vocación.

Portrait ou Marc Chagall

Il dort
Il est éveillé
Tout à coup, il peint
Il prend une église et peint avec une église Il dort
Il est éveillé
Tout à coup, il peint
Il prend une église et peint avec une église
Il prend une vache et peint avec une vache
Avec une sardine
Avec des têtes, des mains, des couteaux
Il peint avec un nerf de bœuf
Il peint avec toutes les sales passions d’une petite ville juive
Avec toute la sexualité exacerbée de la province russe
Pour la France
Sans sensualité
Il peint avec ses cuisses
Il a les yeux au cul
Et c’est tout à coup votre portrait
C’est toi lecteur
C’est moi
C’est lui
C’est sa fiancée
C’est l’épicier du coin
La vachère
La sage-femme
Il y a des baquets de sang
On y lave les nouveaux-nés
Des ciels de folie
Bouches de modernité
La Tour en tire-bouchon
Des mains
Le Christ
Le Christ c’est lui
Il a passé son enfance sur la croix
Il se suicide tous les jours
Tout à coup, il ne peint plus                                4
Il était éveillé
Il dort maintenant
Il s’étrangle avec sa cravate
Chagall est étonné de vivre encore


(Blaise Cendrars, Dix-neuf poèmes élastiques)

Retrato de Marc Chagall

Está durmiendo
Se despierta.
De repente, está pintando.
Toma una iglesia y pinta con una iglesia
Toma una vaca y pinta con una vaca
Con una sardina
Con cabezas, manos, cuchillos
Pinta con un nervio de buey
Pinta con todas las sucias pasiones de una pequeña ciudad judía
Con toda la sexualidad exacerbada de la provincia rusa
Para Francia
Sin sensualidad
Pinta con los muslos
Tiene los ojos en el trasero
Y de pronto es tu retrato
Es tú lector
Es yo
Es él
Es su novia
Es el tendero de la esquina
La vaquera
La comadrona
Hay cubetas de sangre
En ellas se lava a los recién nacidos
Cielos de locura
Bocas de modernidad
La torre en tirabuzón
Manos
Cristo
Cristo es él
Pasó su infancia en la Cruz
Se suicida todos los días
De pronto deja de pintar
Estaba despierto
Ahora está durmiendo
Se estrangula con la corbata
A Chagall le sorprende seguir viviendo.

Cendrars y Chagall eran muy amigos. Este poema es un retrato de Chagall pintando, configurando un trasvasamiento entre la literatura y la pintura.



Dante Gabriel Rossetti (1828-1882): poeta, ilustrador, pintor y traductor inglés, de padre italiano. Perteneció a un movimiento llamado Hermandad Prerrafaelista.

The Portrait


This is her picture as she was:
It seems a thing to wonder on,
As though mine image in the glass
Should tarry when myself am gone.
I gaze until she seems to stir,—
Until mine eyes almost aver
That now, even now, the sweet lips part
To breathe the words of the sweet heart:—
And yet the earth is over her.

Alas! even such the thin-drawn ray
That makes the prison-depths more rude,—
The drip of water night and day
Giving a tongue to solitude.
Yet only this, of love's whole prize,
Remains; save what in mournful guise
Takes counsel with my soul alone,—
Save what is secret and unknown,
Below the earth, above the skies.

In painting her I shrin'd her face
Mid mystic trees, where light falls in
Hardly at all; a covert place
Where you might think to find a din
Of doubtful talk, and a live flame
Wandering, and many a shape whose name
Not itself knoweth, and old dew,
And your own footsteps meeting you,
And all things going as they came.

A deep dim wood; and there she stands
As in that wood that day: for so
Was the still movement of her hands
And such the pure line's gracious flow.
And passing fair the type must seem,
Unknown the presence and the dream.
'Tis she: though of herself, alas!
Less than her shadow on the grass
Or than her image in the stream.

That day we met there, I and she
One with the other all alone;
And we were blithe; yet memory
Saddens those hours, as when the moon
Looks upon daylight. And with her
I stoop'd to drink the spring-water,
Athirst where other waters sprang;
And where the echo is, she sang,—
My soul another echo there.

But when that hour my soul won strength
For words whose silence wastes and kills,
Dull raindrops smote us, and at length
Thunder'd the heat within the hills.
That eve I spoke those words again
Beside the pelted window-pane;
And there she hearken'd what I said,
With under-glances that survey'd
The empty pastures blind with rain.

Next day the memories of these things,
Like leaves through which a bird has flown,
Still vibrated with Love's warm wings;
Till I must make them all my own
And paint this picture. So, 'twixt ease
Of talk and sweet long silences,
She stood among the plants in bloom
At windows of a summer room,
To feign the shadow of the trees.

And as I wrought, while all above
And all around was fragrant air,
In the sick burthen of my love
It seem'd each sun-thrill'd blossom there
Beat like a heart among the leaves.
O heart that never beats nor heaves,
In that one darkness lying still,
What now to thee my love's great will
Or the fine web the sunshine weaves?

For now doth daylight disavow
Those days,—nought left to see or hear.
Only in solemn whispers now
At night-time these things reach mine ear;
When the leaf-shadows at a breath
Shrink in the road, and all the heath,
Forest and water, far and wide,
In limpid starlight glorified,
Lie like the mystery of death.

Last night at last I could have slept,
And yet delay'd my sleep till dawn,
Still wandering. Then it was I wept:
For unawares I came upon
Those glades where once she walk'd with me:
And as I stood there suddenly,
All wan with traversing the night,
Upon the desolate verge of light
Yearn'd loud the iron-bosom'd sea.

Even so, where Heaven holds breath and hears
The beating heart of Love's own breast,—
Where round the secret of all spheres
All angels lay their wings to rest,—
How shall my soul stand rapt and aw'd,
When, by the new birth borne abroad
Throughout the music of the suns,
It enters in her soul at once
And knows the silence there for God!

Here with her face doth memory sit
Meanwhile, and wait the day's decline,
Till other eyes shall look from it,
Eyes of the spirit's Palestine,
Even than the old gaze tenderer:
While hopes and aims long lost with her
Stand round her image side by side,
Like tombs of pilgrims that have died
About the Holy Sepulchre.


El retrato

Dante Gabriel Rossetti


He aquí su retrato, tal como era:
no me asombrara tanto si al marcharme
del cuarto quedase cautivo
mi rostro en el espejo tras mirarme.
Lo observo largamente y me parece
que aún respira y su boca se estremece,
que se entreabren sus labios, que podría
oír su dulce acento todavía,
y no obstante en la tierra permanece.

Así fue, como rayo que silencioso
hace la prisión aun más tenebrosa,
del rocío constante ese latido
que da a la soledad su propia prosa.
Del galardón de amor sólo perdura
esto, y lo que con tristes andrajos
recogen de mi alma su consejo,
queda lo que es secreto y es reflejo
bajo tierra sepulto o allí, en la alta tersura.

Al pintar yo, devoto, su figura
entre árboles la puse, donde apenas
la luz penetra el místico verdor,
y el dulce susurrar de las amenas
voces llega apagado; ante el brillante
fuego fatuo, y figuras cuyo ausente
nombre ignoran de sí, y aquella lluvia
de otro tiempo, y sus pasos detrás mío,
escapando como vino, quedamente.

Un bosque sombrío y profundo; allí está ella
como lo estuvo un tiempo, así era entonces:
sus manos sosegadas de doncella,
y el grato fluir de líneas puras, bronces,
la cifra rebasando de lo hermoso
cual ignota presencia o cual dichoso
sueño. Es ella y ya no es ni sombra leve
de si misma en la hierba ni ese breve
reflejo sobre el río rumoroso.

Solos nos encontramos aquel día
y nada entonces turba o importuna
nuestra perfecta dicha y armonía.
—La memoria hace hoy triste, cual la luna
que aparece de día, aquel momento—.
Junto a ella bebo en la fuente, sediento
de otras aguas que fluyen a mi vera,
canta ella donde el eco reverbera
y allí mi alma se llena de contento.

Apenas tuve el ánimo dispuesto
para decir lo que en secreto arde,
estalló la tormenta, el trueno atento
resonó entre los montes. Esa tarde,
junto al cristal que la lluvia batía,
repetí mis palabras, ella oía
con sus ojos perdidos en los campos
por la lluvia y el viento aún apagados,
desiertos y cenagosos todavía.

Aún se agitaba el recuerdo, al otro día,
de todas esas cosas, como el viento
que acaricia la hoja, aún batía
el amor con su ala. Ese momento
deseaba hacer mío y un retrato
me propuse pintar. En dulce trato
fui, entre silencio y platica, trazando
su imagen entre ramas, imitando
la sombra de los árboles.

Y aun cuando la pintaba, todo
era aire fragante en torno mío,
mi amor en su pesar adivinaba
en cada flor bañada de rocío
un corazón latiendo en la espesura.
Oh corazón que ya no se late,
que yace en las tinieblas exiliado
¿Qué es para ti mi amor o esta delgada
red que el sol urde con ternura?

Ya que ahora la luz niega esos días,
nada para escuchar o ver nos queda,
sólo un grave murmullo en las sombrías
tinieblas trae a mi oído su voz queda,
cuando la brisa inclina hacia el sendero,
la sombra de las hojas, y la ribera,
el bosque y las aguas, que el dorado
rubor de las estrellas ha coronado,
yacen igual que yace lo olvidado.

Pude anoche dormir y fantaseando
fui diluyendo mi sueño hasta perderlo.
El llanto mansamente fue brotando
de mis ojos, pues, sin yo pretenderlo,
me hallé en aquellos bosques que un día
con ella recorrí; y allí permanecía,
en una mota de noche sumergida,
cuando al borde de luz llegó el estampido
del océano que tiene corazón de arpía.

Donde el cielo su hálito contiene
y del amor escucha su latido,
donde el ángel reposa su ala tenue
en torno a los astros escondido
¡Cómo habrá de embelesarse complacida
mi alma cuando libre y renacida,
tras los acordes de la celestial danza,
en su alma penetre sin tardanza
y en su silencio a Dios conozca en vida!

Aquí, cercano a su rostro, mi memoria
queda mientras aguarda el dulce ocaso,
hasta que con la mirada gloriosa,
con los ojos más tiernos, oh Parnaso,
que los de ayer, pueda mirar. Y en tanto
anhelo y esperanza, ya quebranto,
se han perdido, en su imagen permanecen
intactos, cual cruzados que perecen
y reposan junto al Sepulcro Santo.

Saben que hay múltiples posibilidades de abordajes para un retrato. Ahora, y como siempre, quiero ver cómo trabajan el tema de La Gioconda.

La clase próxima, el jueves 7 de agosto, finalizaremos el tema del retrato y sus tres recursos, y veremos también algo de la poética de Alejandra Pizarnik, ya que el jueves 14 disfrutaremos de la disertación de la especialista Cristina Piña, que abordará el tema de la poética en AP.

Por último, pero no menos importante, recordemos que el próximo miércoles 6 será la presentación del nuevo poemario de Michou Pourtalé, La mujer sin espalda. ¡Miren qué hermoso título!

Ah!! recuerden subir sus poemas al blog.

Addenda: añado una nota que apareció unos días después, el 5 de agosto; éste es el link y trata justo de la multiplicidad de retratos que hay respecto de La Gioconda.

http://www.clarin.com/sociedad/multiplicacion-Leonardo-Da-Vinci_0_1187881304.html

La multiplicación de los Leonardo Da Vinci

Como por milagro, proliferan las obras del genio


El sitio online Artnet hizo una investigación que revela que “hay un Leonardo o dos por semana en el mercado”.

De vez en cuando llega a los diarios la sospecha –la esperanza– de que tal o cual cuadro colgado en un lugar remoto salió, en realidad, de la paleta del gran Leonardo Da Vinci. De vez en cuando.
A los galeristas, en cambio, les llega más seguido. El sitio online Artnet hizo una investigación a partir de un llamado que recibió un experto en arte estadounidense, Todd Levin. Alguien llamado Richardl Lawler le decía que tenía no uno sino DOS cuadros de Da Vinci para vender. El experto se sorprendió: hasta el momento se conocen sólo 23 obras del artista del Renacimiento.
Sin embargo, a veces lo extraño es real. En marzo se vendió por 75 millones de dólares Salvator Mundi, una obra que recién en 2011 fue atribuida a Leonardo.
Artnet consultó a otro experto, Martin Kemp, de la Universidad de Oxford. El había escuchado hablar de dos cuadros, no sabía si eran los mismos del llamado. “Uno es un retrato de una mujer con una estola de piel y el otro, un supuesto retrato del pintor Salai”. De todos modos, dijo Kemp, a él le llevan entre 12 y 20 “Leonardos” por año.
En 2013, por ejemplo, un supuesto Leonardo fue hallado en un banco suizo. Era el retrato de una mujer de la nobleza, Isabella d’Este. Algunos expertos lo avalaron, otros dudaron.
“Hay un Leonardo o dos por semana en el mercado”, dijo a Artnet el galerista Asher Edelman. “Ninguno está documentado y la mayoría de los especialistas no los daría por auténticos. Las casas de subastas no los rematarían, los bancos no darían préstamos contra ellos”. ¿Edelman había oído hablar de los Leonardos de Lawler? Los que ofrencen esas cosas, dijo, “cambian de nombre todo el tiempo”.
En los últimos años, apareció una Madonna atribuida a Da Vinci en Escocia, un autorretrato en Italia, una versión de la Mona Lisa en Suiza y La bella principessa, pintado con tiza y tinta. Sobre cada uno hay polémica. Grandes nombres, gran atractivo. Ya se sabe, lo barato puede salir muy caro.




3 comentarios:

  1. Ejercicio
    Basado en La Gioconda



    París, 1979

    Mirás mis azorados,
    maravillados veinte años
    intrigada, sorprendida, enternecida.
    claro, no sabías,
    que nos conocíamos,
    que vos, la Venus de Milo
    y el Sátiro en reposo iluminaban
    el blanco y negro de mi infancia.

    Y por un instante,
    parece que recordás
    los recorridos imaginarios
    por laberintos de cálidas paredes
    los íntimos misterios,
    El encuentro fugaz,
    las miradas cómplices
    Y me sonreís,
    Como si fuese
    la primera vez.

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  2. LA GIOCONDA.
    Miguel Curcio 31/07/14.

    Soy quien te mira
    Ud. se digna a mirarme
    O me contestara con su belleza
    El silencio baña la comisura de sus labios
    Luz ambigua desplaza
    La seda del Oriente
    Otros ojos me acompañan
    Inmóviles como los míos
    Ojos aquellos de dulce fragancia
    Pigmentos ocres
    Acarician el vientre sumiso
    De una pasión no reconocida
    Consciencia de mí, es conciencia de algo
    Enmarcado el pasado
    El futuro espera
    La Gioconda sonríe.

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  3. 7 de agosto de 2014-08-08


    fui aquel trazo
    desdibujado espejo
    y un tablero de ajedrez
    nunca jugado
    ausencia de luz
    y fui la no esperada
    descosidos párpados
    lugar equivocado
    rostro impreciso
    duda constante

    y la última muerte
    alba estrella gutiérrez

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