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sábado, 1 de noviembre de 2014

Clase N° 24, 30 de octubre 2014

En la clase de hoy continuaremos trabajando el recurso del eufemismo, que, como vimos la clase pasada, abarca mucho más que el plano literario y forma parte de nuestra manera de comunicarnos. Y luego también leeremos algunos poemas amorosos / eróticos; esta vez recurriremos a textos / autores clásicos.

Retomando el concepto: el lenguaje coloquial utiliza el recurso del eufemismo para esquivar fundamentalmente estas tres realidades, y sus conceptos adyacentes, que impresionan fuertemente a los seres humanos:

·         la muerte
·         la locura
·         el sexo

Se trata de la sustitución de una palabra o frase por otra para disimular la crudeza, vulgaridad o gravedad de la original, es decir, la dulcificación o maquillaje de esa palabra.
Un ejemplo de esa cosmética lingüística es que la palabra “cadáver” queda confinada y en su lugar hay que referirse a “cuerpo”. También se evita tener que decir “morir” y parece más fino referirse a que las personas “fallecen”, aunque sea de forma violenta. Los “muertos” en un accidente o atentado no son tales sino “víctimas”. A las realidades anteriores se añaden también hechos desagradables u ofensivos, como las bajas funciones corporales o lo estéticamente feo; sin embargo, existen razones no sólo psicológicas, sino sociales que impulsan el eufemismo.
El zapatero, por ejemplo, pondrá de letrero a su establecimiento “clínica del calzado”, y el panadero llamará orgullosamente a su panadería “boutique del pan”, y el delegado de limpieza o de basura es todo un “jefe del área de eliminación de residuos sólidos urbanos”. Especialmente sensible es el lenguaje de la publicidad: así, por los anuncios de aparatos gimnásticos puede uno enterarse de que no tenemos culo, ni siquiera nalgas, sino glúteos, que alguien también llamó eufemísticamente donde la espalda pierde su nombre o hipocorísticamente (infantilmente) las pompisJoder o follar en España, o el coger nuestro argentino y también cubano, -que también es un eufemismo, porque se refiere a un rapto, es decir, tomar por asalto algo/alguien-, considerados “palabrotas”, se disimularon agraciándose con el galicismo hacer el amor. A los homosexuales se los alude como gays, es decir, divertidos.

Aquí una viñeta que muestra el recurso del eufemismo para esquivar una realidad



A continuación, veremos diferentes recursos auxiliares, vinculados con el eufemismo:

Epítetos
Se llaman epítetos a los apelativos que alternan con el nombre de un personaje, resaltado sus características. La literatura épica denomina epítetos a los apelativos que reemplazan el nombre del personaje o lo acompañan. Por ejemplo, cuando en el Cantar de mio Cid se designa a Ruy Díaz «el que en buena hora ciñó espada», o cuando en la Ilíada se habla de «el ingenioso Ulises».

Por ejemplo, en la Ilíada de Homero:

Ulises es el fecundo en ardides
Héctor, el domador de caballos
Júpiter, el tonante
Atenea, la de los ojos brillantes
Hera, la diosa de los níveos brazos
Zeus, el que junta las nubes
Aquiles, el de los pies ligerosel más valiente de los aqueos


Hay técnicas y recursos varios para expresar este disimulo y evadir el rechazo o incomodidad en quien habla y/o escucha. Así existen procedimientos semánticos como la sinonimia (purgar por ‘reprimir’), el circunloquio o perífrasis (persona de movilidad reducida por ‘tullido’), la sinécdoque (vientre por ‘sexo’), la antonomasia mejorativa (carrera u oficio por ‘prostitución’), la metáfora (báculo (un bastón) por ‘pene’), el cultismo (Euménide por ‘Furia’), el hipocorístico o lenguaje infantil, que Cela denomina ñoñismo (pipí por ‘orina’), la antífrasis (pacificación por ‘aplastamiento militar’), la litote (no apto por ‘suspenso’), la negación (invidente por ‘ciego’, descomer por ‘cagar’), el tecnicismo o el extranjerismo (watertoilette por ‘cagadero’), el uso de expresiones comodín como “eso” o “aquello que te dije” , “el que te jedi”, etc…
También se emplean procedimientos formales fonéticos de semejanza o supresión (cordones por ‘cojones’), morfológicos (cabroncete por ‘cabrón’), sintácticos de atenuación o litotes, elipsis, zeugma, etc… y gráficos o no estrictamente lingüísticos.

En el lenguaje político y, por contagio de éste, en el periodístico, es frecuente hallar el llamado eufemismo de lo “políticamente correcto”. Así, en Norteamérica está mal considerado – un racist joke- llamar negros –niggers-  a los afroamericanos, y en España estos prefieren que los llamen morenos. De paso, señalo que el verbo “denigrar” tiene que ver con esa idea de que lo negro es malo: significa manchar, poner negro. Por ejemplo, al salario justo se ha llamado sucesivamente salario suficientesalario familiarsalario vitalsalario mínimo y salario razonable. A los “contratos a tiempo parcial” se reaccionó con la denominación despectiva sindical “contratos basura”, que caló en el público, por lo que la autoridad ingenió la denominación “contratos no ordinarios”, que es la que ha servido para los documentos oficiales. Durante la dictadura de Franco, la palabra “huelga” no podía aparecer en los medios de comunicación, por lo cual la denominación semántica utilizada era sumamente variable y eufemística: “conflictos colectivos”, “anormalidades laborales”, “inasistencias al trabajo”, “ausencias injustificadas”, “paros parciales”, “abandonos colectivos”, “paros voluntarios”, “irregularidades laborales”, “fricciones sociales” y un extenso y pintoresco, etc.


Poesía amorosa / erótica de tres vertientes antiguas: el Antiguo Testamento, en el poema (fragmento) de El cantar de los cantares, el poeta latino Catulo y la poeta (ojo, que las mujeres NO somos poetisas, somos poetas), decía, la poeta griega del siglo VI aC, Safo de Mitilene.

En el caso de Catulo, pondremos además los dos poemas en latín para que pueda apreciarse el tono musical de la composición.

Catulo, poeta latino del s I a C

carmen V - Vivamus, mea Lesbia

Vivamos, Lesbia mía, y amémonos.
Que los rumores de los viejos severos
no nos importen.
El sol puede salir y ponerse:
nosotros, cuando acabe nuestra breve luz,
dormiremos una noche eterna.
Dame mil besos, después cien,
luego otros mil, luego otros cien,
después hasta dos mil, después otra vez cien;
luego, cuando lleguemos a muchos miles,
perderemos la cuenta, no la sabremos nosotros
ni el envidioso, y así no podrá maldecirnos
al saber el total de nuestros besos.



Vivamus, mea Lesbia, atque amemus,
rumoresque senum severiorum
omnes unius aestimemus assis!
soles occidere et redire possunt;
nobis, cum semel occidit brevis lux,
nox est perpetua una dormienda.
da mi basia mille, deinde centum,
dein mille altera, dein secunda centum,
deinde usque altera mille, deinde centum;
dein, cum milia multa fecerimus,
conturbabimus illa, ne sciamus,
aut ne quis malus invidere possit
cum tantum sciat esse basiorum.


Miser Catulle- carmen VIII

Desgraciado Catulo, deja de hacer locuras
y lo que ves perdido, dalo por perdido.
Fulgieron antes días luminosos
cuando acudías a donde ella dijese,
la muchacha querida por nosotros
como ninguna lo será.
Gozos sin cuento entonces eran
y lo que tú querías ella también quería.
Fulgieron, en verdad, días luminosos.
Ahora ella no quiere; tú —no seas
débil— tampoco quieras; y no sigas
a quien huye, ni tristemente vivas,
sino mantén tu ánimo, aguanta:
Adiós, muchacha, ya Catulo aguanta:
no te irá a buscar más
ni irá a rogarte contra tu voluntad.
¡Lo que vas a sufrir cuando nadie te ruegue!
Malvada, ¡ay de ti! ¿La vida que te espera!
¿Quién se te va a acercar? ¿Quién te va a ver bonita?
¿A quién vas a amar tú? ¿De quién diras que eres?
¿A quién vas a besar? ¿Morderás en qué labios?
Y tú, Catulo..., aguanta.

Miser Catulle

Miser Catulle, desinas ineptire,
et quod vides perisse, perditum ducas.
Fulsere quondam candidi tibi soles,
cum ventitabas, quo puella ducebat
amata nobis, quantum amabitur nulla!
Ibi illa multa tum iocosa fiebant,
quae tu volebas nec puella nolebat.
Fulsere vere candidi tibi soles.
Nunc iam illa non vult: tu quoque, inpotens, noli
nec, quae fugit, sectare nec miser vive,
sed obstinata mente perfer, obdura.
Vale, puella. Iam Catullus obdurat
nec te requiret nec rogabit invitam.
At tu dolebis, cum rogaberis nulla:
 scelesta, vae te! quae tibi manet vita?
quis nunc te adibit? cui videberis bella?
quem nunc amabis? cuius esse diceris?
quem basiabis? cui labella mordebis?
At tu, Catulle, destinatus obdura.

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Cantar de los cantares
(fragmento)

1. (ESPOSA:) Yo rosa del campo y azucena de los valles.

2. (ESPOSO:) Como azucena entre espinas, así mi Amiga entre las hijas.

3. (ESPOSA:) Cual el manzano entre los árboles silvestres, así mi Amado entre los hijos; a la sombra del que deseé; senteme, y su fruta dulce a mi garganta.

4. Metiome en la cámara del vino; la bandera suya en mí [es] amor.

5. Esforzadme, rodeadme de vasos de vino; cercadme de manzanas, que enferma estoy de amor.

6. La izquierda suya debajo de mi cabeza, y su derecha me abrace.

7. (ESPOSO:) Conjúroos, hijas de Jerusalén, por las cabras, o por los ciervos monteses del campo, si despertáredes o velar hiciéredes a la Amada hasta que quiera.

8. (ESPOSA:) Voz de mi Amado [se oye]. Helo, veisle, viene atravancando por los montes y saltando por los collados.

9. Semejante es mi Amado a la cabra montés, o ciervecito. Helo [ya está], tras nuestra pared, acechando por las ventanas, mirando por los resquicios.

10. Habló mi Amado, y díjome: Levántate, Amiga mía, galana mía, y vente.

11. Ya ves; pasó la lluvia y el invierno fuese.

12. Los capullos de las flores se muestran en nuestra tierra; el tiempo del cantar es venido; oída es la voz de la tórtola en nuestro campo.

13. La higuera brota sus higos, y las pequeñas uvas dan olor. Por ende, levántate, Amiga mía, hermosa mía, y ven.

14. Paloma mía, puesta en las quiebras de la piedra, en las vueltas del caracol, descubre tu vista, hazme oír la tu voz; que la tu voz dulce y la tu vista amable.

15. (ESPOSO:) Prendedme las raposas pequeñas, destruidoras de viñas, que la nuestra viña está en cierne.

16. (ESPOSA:) El Amado mío para mí, yo para él que se apacienta entre las azucenas.

17. Hasta que sople el día y las sombras huyan; tórnate, semejante, Amado mío, a la cabra, o al corzo sobre los montes de Bethel.

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Safo, poeta griega, s. IV aC




De veras estar muerta querría
Ella me dejaba y entre muchos sollozos
así me decía:
“Ay, qué penas terribles pasamos,
ay Safo, qué a mi pesar te abandono!”
Y yo lo respondía:
“Alegre vete, y acuérdate
de mí. Ya sabes cómo te quería.
Y si no, quiero yo recordarte…
cuántas cosas hermosas juntas gozamos.
Porque muchas coronas
de violetas y rosas y flores de azafrán
estando conmigo pusiste en tu cabeza,
y muchas guirnaldas entretejidas,
hechas de flores variadas,
alrededor de tu cuello suave.
Y ungías toda tu piel…
con aceite perfumado de mirra
y digno de un rey
y sobre un mullido cobertor
junto a la suave…
suscitaste el deseo…
Y no había baile ninguno
ni ceremonia sagrada
donde no estuviéramos nosotras,
ni bosquecillo sacro…
… el repicar…
… los cantos…



2 comentarios:

  1. HICE UN PACTO Sobre la realidad del sexo.

    El espejo roto en diagonal
    desendente la desesperanza
    habitaba el lado derecho
    pende de un hilo el deseo
    del oblicuo izquierdo
    desnuda ella se arrodilló
    a sus pies de bonsai
    gesto insolente posó sus
    delicados dedos en ese añoso tronco
    los cuerpos desnudos
    anclaron en las tinieblas
    como lobo estepario
    acurrucado en el fondo
    de mi amada caverna
    rostros bordean las caricias
    eres hija hembra de la madre
    hermano por naturaleza seré
    apetito es carnada de tempestades
    hice un pacto de sangre.
    MIGUEL CURCIO.

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