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martes, 3 de noviembre de 2015

Clase N° 51 - jueves 29 de octubre de 2015

De regreso ya de mi viaje, retomamos nuestros Abordajes poéticos. Agradecemos a Lidia Vinciguerra, Presidenta en ejercicio de la Fundación Argentina para la Poesía, su amabilidad y generosidad en hacerse presente durante los jueves de octubre en los que estuve ausente, quien acercó al taller con riquísimas charlas y poemas a los poetas Osvaldo Rossi, Fernando Sánchez Zinny y Luis Alposta. 


Hoy veremos la poética Margarita Abella Caprile (1901-1960),  poeta argentina muy poco conocida o poco recordada.



Poeta, escritora y periodista, MAC era la bisnieta de Bartolomé Mitre por la rama materna. Tuvo amistad con Alfonsina Storni y conoció a Gabriela Mistral.
Desde joven se dedicó a la literatura. Su primer libro de poemas lo publicó a los 16 años.  A los dieciocho años ya había publicado dos poemarios: Primeros ensayos (1917), claramente preparatorio; dos años después, Nieve, acechado por las intuiciones de lo que sería su obra de madurez.
Realizó varios viajes al exterior cuyas experiencias dejó por escrito. También escribió novelas cortas y se dedicó al periodismo.
Desde 1955, sustituyó a Eduardo Mallea como directora del Suplemento Literario del periódico La Nación, donde trabajó hasta su muerte.
En 1938 recibió el Premio Municipal de Literatura por su libro 50 poesías.
En 1950, su libro Lo miré con lágrimas recibió la Faja de Honor de la SADE.
Falleció en Buenos Aires a los 59 años el 28 de octubre de 1960, ayer hace 55 años.
Sus poemas se caracterizan por tener versos cortos, con escasa rima asonante. Su lenguaje es temperado y sonoro, con claridad de ideas, pocos versos encabalgados, más suaves aliteraciones que irán incrementando su presencia e intensidad hasta lograr su tipo más percusivo.
Es una poesía pensada, de una persona culta.
Su poética está enmarcada dentro del movimiento romántico, por lo tanto, luego, y ya que hace rato que mi piden las características de los movimientos estéticos, incluiré un acercamiento al tema. Y el recurso que tal vez más caracteriza su poética es el hipérbaton: también llamado transposición, es la alteración, cambio o variación del orden sintáctico o lógico de las palabras en la oración (el plural es hipérbatos, y es sin duda el recurso más utilizado desde el Renacimiento).

Obras
Ensayos (poesía, 1917)
Nieve (poesía, 1919)
Perfiles en la niebla (poesía, 1923)
Sonetos (poesía, 1931)
Geografías (libro de viajes, 1936)
50 Poesías (poesía, 1938)
Sombras en el mar (poesía, 1941)
Lo miré con lágrimas (poesía, 1950)
El árbol derribado (poesía, 1959)


Aquí, algunos de sus poemas; muy poca obra de esta poeta estaba hasta ahora online.




Pausa Urbana

Una isla de calma
sobre el mar de la urbe
de pronto se levanta.
Una quietud de cumbres
con su aliento de ausencia
la jornada interrumpe.
Murieron las sirenas
en campos de horizonte
y cesó la estridencia
de rieles y motores,
derrumbes y bocinas,
campanas y pregones.
Como si de puntillas
sostuviera su alma,
la multitud camina.
La multitud avanza
entre los suaves fieltros
de la tarde sonámbula.
Ahora que el silencio
ha podido asomarse
apagando el estruendo,
con espanto se sabe
que hay escondido siempre
un silencio en el aire,
pegado a las paredes,
tendido en las aceras,
calzado en los relieves;
un silencio que acecha
la tregua del bullicio
para elevar su inmensa
catedral de infinito
cuyas flechas señalan
el margen de los siglos.
Por las calles calladas
y con andar sin eco
la muchedumbre vaga,
diciéndose entre sueños
y de oído en oído
un terrible secreto.
Ahora que el continuo
murmurar ha cesado
se sabe que los gritos,
los golpes y los cantos
de la ciudad violenta
sólo han sido inventados
para ignorar la fuerza
irreductible de una
misteriosa presencia;
de una presencia muda
que detrás del desorden
con paciencia se oculta;
pero que en cuanto el hombre,
partido en la tarea
de asaltar vibraciones,
desfallecido ceja,
surge otra vez indemne,
renacida y entera.
Ahora que el paréntesis
hacia el mundo inmutable
de lo sin fin extiende
su proyección, se sabe
que siempre hay un silencio
diluido en el aire,
aguardando el momento
de imponer su dominio
tentacular y eterno
al humano espejismo
que obstinado despeña
los peñascos del ruido.
Un silencio que acecha
calzado en los relieves,
tendido en las aceras,
alto en los capiteles.”
  Lo miré con lágrimas, Editorial Losada, Buenos Aires, 1950.


Momento (fragmento) cuartetos

“Una luz suave, atenuada
por una gasa chinesca;
fuera, el invierno que gime,
dentro, un ambiente de iglesia.

En la florida llanura
de mi libro dos corceles,
pardos corceles, mis ojos,
corren veloces y leves.”

Nieve, Otero y Comp. Impresores, Buenos Aires, 1919.


Alba

Taquicardia del insomnio
cruenta lucidez del alba,
balance vertiginoso
de los ya muchos ayer
que han devorado el mañana;
sobresalto de entender
que esta existencia de ahora
es ya “el después” que tan lejos
veíamos; angustiosa
explicación con el niño
que aún somos, y que no cree
sino en un vivir de siglos.

Congoja de la abundancia
que, llegada con nosotros,
retornará al infinito,
porque el futuro no alcanza
para lo que pudo hacerse,
para lo que no se dijo.
Inquietud de realizar
que en aquella encrucijada
Pudo ser otro el camino.
Pánico de no saber
si así nos quiere el misterio
terror de no percibir
el insistente mensaje
que acaso transmite. Miedo
del espanto de la muerte
y de estar sola y sin nombre
perdida en un panorama
de razas y de milenios.
Conciencia atroz de sí mismo;
Pensar que, tal vez, hubieran
las cosas debido ser
de otra manera.



Soledad

¡Ah, qué desolación y qué cansancio
este inútil luchar,
cada espíritu es como una isla
a la que nadie nunca arribará!

Rodeado por el mar de su egoísmo,
o rodeado quizás
por el mar de zafiro del ensueño
cada espíritu siempre solo está

A través de esa hondura de ellos mismos
ni las ideas llegarán jamás,
se desvirtúa nuestro pensamiento
al cruzar.

La incompleta invención de las palabras
aleja más y más,
¡qué angustia repetir toda la vida
la explicación que nada explicará!

Y sentir el horror de lo imposible
frente a esa fatal
e infinita muralla de las almas
que ni el amor consigue derrumbar.

Y volver otra vez sobre lo andado
después de tanto andar,
¡Y de nuevo la trágica y profunda
soledad!...



Obstinación

O vivir sin vivir, o ser flexible
y preferir la vida al pensamiento
Ser Brunilda en la roca inaccesible
o un cuerpo más que busca su alimento.

Ser ventisquero escrutador de auroras
o lluvia humilde que rocía herbajes;
Ser un torrente de aguas promisoras
o lago inmóvil que olvidó sus viajes.

Quedarse solo o aceptar la estulta
mediocridad que, absurda, se envanece
nutriendo la raíz porque se oculta;
Podando el árbol si la rama crece.

Ser valiente o plegarse a las consejas
que arteras brotan de las muchedumbres,
y trocar por un plato de lentejas
una herencia de cumbres.

¡Vanos dilemas! A ningún llamado
resignaré mi voluntad de vuelo.
Yo he de ir por el mundo encandilado
cegando luces para ver el cielo.

Más poderoso que los falsos ruidos,
mi áspero impulso cimbrará sonoro,
inquietando el dormir de los vencidos
con su implacable resonancia de oro.

Sólo claudicará la desmedida
y noble obstinación que me hace fuerte,
cuando al fin del camino sin salida
me encuentre con la muralla de la muerte.


La fuente

Y era una sed inmensa y el agua ya se había
terminado. En el cielo era de fuego el Sol,
un árido desierto el alma recorría,
y el desierto alargaba su implacable extensión.

Ni un árbol, ni una brisa; la fuente de agua pura
era el vano espejismo que formaba el dolor.
Anhelante y sin fuerzas, en marcha hacia la altura
el alma proseguía su peregrinación.

Y su angustia crecía con la sed que aumentaba,
su imaginar inquieto era como un fulgor.
Manantiales divinos, luminosos, creaba

Y era tal la belleza de su alucinación,
que en tanto que así absorta con la fuente soñaba
sin verla al lado mismo de la fuente pasó…



La puerta

Mientras el grito helado del invierno
su gélido pregón extiende afuera,
y en tanto que la noche
la luz del fuego con su sombra aumenta,
a veces de improviso
con misteriosa y tímida cautela
sin que nadie la empuje
se entreabre la puerta.
Uno dice: -“Es el viento”,
Otro replica: -“¡Cierra!”.
Con honda expectativa
yo miro a ver quién entra.
Los recuerdos que ya no recordamos
tristes tal vez a reprocharnos llegan,
los recuerdos que un día
fueron dulzura en medio de la pena.
Quizás con su reclamo doloroso
vuelve a nosotros toda la dispersa
vibración que dejamos por la vida.
Acaso la emoción sencilla y buena
que no encontrara eco en otras almas
Silenciosa regresa…
O bien, con invencible dulcedumbre
los que se fueron más allá del límite
de la existencia.
Tal vez aquel que un día de Septiembre
se fue a buscar la Primavera eterna…
Uno dice: -“Es el viento”,
Otro replica: -“¡Cierra!”.
Con honda expectativa
mis ojos escudriñan el vano de la puerta…


Como pueden ver, su poética se adscribe plenamente al romanticismo, del que más abajo damos un acercamiento y características.

Romanticismo

El Romanticismo fue un movimiento cultural originado en Alemania y en el Reino Unido a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el Neoclasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos. Su característica fundamental es la ruptura con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas. La libertad auténtica es su búsqueda constante, por eso es que su rasgo revolucionario es incuestionable. Debido a que el Romanticismo es una manera de sentir y concebir la naturaleza, la vida y al hombre mismo que se presenta de manera distinta y particular en cada país donde se desarrolla, incluso dentro de una misma nación, se manifiestan distintas tendencias proyectándose también en todas las artes y postulaba:

·        La conciencia del yo como entidad autónoma y, frente a la universalidad de la razón dieciochesca, dotada de capacidades variables e individuales como la fantasía y el sentimiento.
·        La primacía del genio creador de un universo propio, el poeta como demiurgo.
·        Valoración de lo diferente frente a lo común, lo que lleva una fuerte tendencia nacionalista.
·        El liberalismo frente al despotismo ilustrado.
·        La originalidad frente a la tradición clasicista y la adecuación a los cánones. Cada hombre debe mostrar lo que le hace único.
·        La creatividad frente a la imitación de lo antiguo hacia los dioses de Atenas.
·        La nostalgia de paraísos perdidos (de la infancia o de una nación).
·        La obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la obra perfecta, concluida y cerrada. El romanticismo es el primer movimiento europeo.
·        Libertad de creación frente a los cánones del Neoclasicismo.
·        Subjetivismo e individualismo frente a la rigidez de las reglas académicas. Se valoran especialmente la originalidad, la diversidad y la particularidad frente a la unidad de la Ilustración.
·        Importancia de los sentimientos, las emociones y las pasiones (amor, sufrimiento, odio). Se exaltan los sentimientos religiosos, patrióticos y los inspirados en la naturaleza (el paisaje alcanza gran interés). Cobran relieve las ideas de libertad e igualdad.
·        Excelencia de la imaginación y la fantasía frente al racionalismo clasicista de los ilustrados, recreando mundos pasados (fundamentalmente, la Edad Media) o exóticos (Norte de África y Oriente).
·        El instinto frente a la razón y las situaciones límite frente al equilibrio y la armonía.




Como yapa, esta nota que escribió el querido amigo y poeta Antonio Requeni al cumplirse 100 años del nacimiento de Margaritín, como le decían a MAC.




Recuerden subir sus poemas al blog, y ¡buena semana poética!!!!



1 comentario:

  1. Ejercicio
    29-10-15
    Hipérbaton
    Margarita Abella Caprile


    Eterno devenir

    Desconocida, mirada de lejos
    la palabra, sin sentido marcha
    antigua guerrillera, desatada.

    Canto del aire que corta
    insensato el vuelo de pájaro
    innato, fértil,
    de nuestros sueños.

    Las manos secas
    serias, desconcertadas
    de tanta lejanía de
    desiertos sin oasis
    ni esperanza,
    se difuminan
    en íntimos silencios.

    Pero el río
    el viejo y querido río
    por el subsuelo
    el borde
    la cornisa de la oscuridad
    murmura caricias
    siembra estrellas
    seca las lágrimas.

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