JOAQUÍN
GIANNUZZI
POETA Y
PERIODISTA
Pasada la fiesta de la poesía, pasadas las
celebraciones de los premiados, volvemos a dar el taller clásico.
Ejercicios, poéticas y dar a conocer poetas, analizarlos, “diseccionar” y tratar de entender el proceso de creación del / de
la poeta. Pero fundamentalmente, disfrutar de la poesía.
En este caso, un poeta / periodista o periodista /
poeta: Joaquín Giannuzzi.
Nos
preguntamos: ¿las paralelas se tocan? Según Einstein y la poesía, sí, sin duda.
El periodismo es la antesala de la historia y la poesía es el revés de la
trama. Ambos universos preguntan, ambos persiguen la síntesis. La verdad está siempre
fragmentada; a veces como fuegos artificiales, a veces como vaso de vidrio que cae vertiginoso y estalla contra el piso.
El periodismo, esa manera tan particular de ver el
mundo, esa deformación profesional, sin duda que echa luz en la poesía, y
viceversa. La tensión del hilo es diferente. En un universo prima la
inmediatez, en el otro la necesidad de elegir la palabra única y asirla a ese
espacio.
Los recursos son los mismos, la mirada hace la
diferencia. En el periodismo, la mirada es inquisidora, escrutadora e
investigadora. En la poesía pasa por lo desconocido y la perplejidad ante la
vida.
Como periodista me atrevo a decir que la parodia y
la ironía están más a flor de piel en nuestra poesía.
Cara y seca de una misma moneda, este dúo tiene una larga
tradición en la Argentina.
Casi todos los poetas trabajaron de periodistas, desde Jorge Luis Borges a Roberto Arlt, desde Rodolfo Walsh a Roberto Santoro, pasando por Conrado Nalé Roxlo, Antonio Requeni, Fernando Sánchez Zinny, José Portogalo, Joaquín Giannuzzi, el que nos convoca hoy, y quien escribe esto y habla de ellos en el taller literario.
Lo hermético y subjetivo de la poesía es la contracara de lo necesariamente claro y tendiente a la mayor objetividad posible. En esa tensión trabaja el periodista-poeta, el poeta-periodista. Los dos comparten aquello de que tanto los poetas como los periodistas sabemos: mucho de todo y nada de nada, o dicho de otra manera: un poco de mucho y nada de todo. Los dos son oficios, requieren ambos de trabajo, costura e hilván, método y sustancia.
Casi todos los poetas trabajaron de periodistas, desde Jorge Luis Borges a Roberto Arlt, desde Rodolfo Walsh a Roberto Santoro, pasando por Conrado Nalé Roxlo, Antonio Requeni, Fernando Sánchez Zinny, José Portogalo, Joaquín Giannuzzi, el que nos convoca hoy, y quien escribe esto y habla de ellos en el taller literario.
Lo hermético y subjetivo de la poesía es la contracara de lo necesariamente claro y tendiente a la mayor objetividad posible. En esa tensión trabaja el periodista-poeta, el poeta-periodista. Los dos comparten aquello de que tanto los poetas como los periodistas sabemos: mucho de todo y nada de nada, o dicho de otra manera: un poco de mucho y nada de todo. Los dos son oficios, requieren ambos de trabajo, costura e hilván, método y sustancia.
En este caso, como es un editorial, lo firmo :)
Sandra Pien
Paisaje
urbano
Con
mis piernas surcadas
por
una especie de fracaso placentero
y
una perspectiva de huesos lentos,
desde
la ventana del bar contemplo esta furiosa esquina
donde
los átomos se han enloquecido
y
se cruzan interminables ríos de motores.
He
aquí el mundo
componiendo
una música tan excesivamente humana
que
un accidente no modificaría la situación.
Yo
bebo una cerveza y me pregunto
si
valía la pena, si necesitábamos este tumulto,
si
este vértigo de la materia triturada es digno de nuestra fe.
Me
pregunto también
si
está incubando un orden distinto, una desconocida naturaleza,
donde
puedan instalarse los jardines
que
giran prisioneros por mi cerebro irritado.
Por
alguna razón
Compré
café, cigarrillos, fósforos.
Fumé,
bebí
y
fiel a mi retórica particular
puse
los pies sobre la mesa.
Cincuenta
anos y una certeza de condenado.
Como
casi todo el mundo fracasé sin hacer ruido;
Bostezando
al caer la noche murmuré mis decepciones,
escupí
sobre mi sombra antes de ir a la cama.
Esta
fue toda la respuesta que pude ofrecer a un mundo
que
reclamaba de mí un estilo que posiblemente no me
correspondía.
O
puede ser que se trate de otra cosa. Quizás
hubo
un proyecto distinto para mí
en
alguna probable lotería
y
mi número no salió.
Quizá
nadie resuelva un destino estrictamente privado.
Quizás
la marea histórica lo resuelva por uno y por todos.
Me
queda esto.
Una
porción de vida que me cansó de antemano,
Un
poema paralizado en mitad de camino
hacia
una conclusión desconocida;
un
resto de café en la taza
que
por alguna razón
nunca
me atreví a apurar hasta el fondo.
Apuntes
de época
Frecuencia
de tiroteos
En
las inmediaciones de nuestro cuerpo.
Las
noches llegan como amenazas secretas.
Explosiones,
aullidos de ambulancias y neumáticos,
pasos
que se precipitan.
Espasmos
de una agitación avanzada.
La
vieja época
pierde
el ritmo cardíaco, boquea
en
el estanque seco de su propia historia.
Detrás
de las puertas
cerradas
a doble llave, pasador y moral sin dientes
todo
el mundo conteniendo el aliento.
Timbales
y música a volumen crítico.
El
baile de los muchachos
del
otro lado de la pared.
Desde
aquí no hay mucho que explicar:
acumulo
muecas, examino ideologías
pero
en conjunto ignoro
si
son libres o felices,
qué
heroísmo reclaman, qué sueños conciben.
A
veces hay un accidente en el tocadiscos
y
entonces los muchachos
con
puños y pies golpean las paredes
para
escapar de estos tiempos difíciles y oscuros.
Lázaro
Los
granos de trigo egipcio germinaron
después
de cuatro mil años de sombra.
Esto
puede parecer demasiado hermoso.
Pero
si la energía de la vida
soñó
largamente en medio de la muerte
unas
pocas gotas de agua y de luz
bastan
para que Lázaro mueva los párpados.
Meditación
detrás de los cristales
Cuando
mueves la cola
aplaudo
públicamente, pero en privado
escucho
una nostalgia
que
nada puede decidir. Tú
en
la unánime calle, yo
detrás
del vidrio de la ventana
y
de mis anteojos. Cada vida en su lugar
y
todo el mundo en el mundo.
Tú
andas
felino
libre viento joven
en
plena oportunidad carnal de la luz
entre
la gente que silba y entusiasmas
con
tanto porvenir. Yo
en
mi rincón tabacoso,
repasando
mis pulgares, con cierta
inteligencia
práctica respecto al pasado
y
mi presente reumatismo especulativo.
Lluvia
en el jardín
He
observado el comportamiento de las mariposas
sorprendidas
por la lluvia en el jardín.
En
vano buscaron refugio bajo las hojas
y
en la profundidad de las flores.
Pero
una de ellas se elevó
hacia
las nubes sombrías
y
eligió la muerte en el rayo
perdida
la memoria de la especie.
Yo
fumaba en la galería, tendido de espaldas;
yo
sobrevivía tranquilamente, ensayando
mi
oficio de holgazán, mis vacaciones metafísicas,
aunque
también pensando
qué
clase de muerte, qué modelo de sepulcro
podría
convenir a mi exclusiva historia personal,
la
especie de pena que me correspondía.
Diagnóstico
Le
diagnosticaron una esquizofrenia orgánicamente terrestre
síntomas
subjetivos y objetivos
un
síndrome disociador porciones sueltas de la realidad
cavidad
mental poblada de fantasías
alucinaciones
fuertemente impolíticas
emociones
sin fundamento fobias de perro azul
comportamiento
simiesco muecas lenguaje primitivo.
Todo
por haber estado mirando
demasiado
tiempo objetos sin importancia,
por
haber desplazado las varias y ordenadas conjeturas del intelecto
por
descansar nomás de tanta vida.
Sueño del
nadador
El
nadador ha pulido
su
artesanía de joven felino
para
corresponder
a
los principios míticos del agua.
La
coreografía empieza desde un punto
aéreo,
elastizado,
donde
el filo del trampolín revela
la
soledad de una energía
concentrada
en suspenso y en el cielo.
El
conjunto se afina hasta crear
una
mínima carne liberada
de
carga emocional. Ahora solo basta
el
pulmón feliz. Suelta su amarra
la
tensionada fibra, se desprende, salta
y
en rápida parábola
entra
como un cuchillo en un reinado lento.
El
agua vibra al sol como estrellada.
Convertida
en mujer
con
un baile en su seno se incorpora
una
segunda alegría. El huésped cae
y
largamente se demora abajo
como
probando
la
impune gracia de permanecer
para
siempre en la azul profundidad,
palpando
sus opciones
y
sus posibles sueños venideros.
Pero
aquí vuelve, sacudiendo un resto
de
ensoñación goteada
a
su estado mortal, con paso herido,
al
triste error, vacilando
entre
rígidos objetos aplastados
y
su cuadrado peso.
Momento
invernal
¿Qué
haremos con esta escena accidental
-hojas
reunidas por el viento del sur hacia la puerta sino
aislarla
como un conocimiento ilusorio?
Todo
movimiento es circular
en
el rincón del muro, allí
donde
las hojas corren para girar sobre sí mismas
al
aullido de una ráfaga fría y discontinua.
Lugares
comunes de la materia invernal.
¿Debemos
otorgarles
una
intención de belleza y resurrección
a
partir de la confusión del polvo estacional?
Tal
es nuestro posible conocimiento: un anhelo
susurrando
en las hojas secas, una horrible
tristeza
en una tarde de nuestro tiempo.
Y
en el rincón del muro la certeza y el residuo
de
una disolución universal.
Mosca
final
Tiesa
en el vidrio y su engaño, todavía
se
aferra a un resto de luz menguante.
Calmada
forma final
ya
no tiene razón contra el invierno.
Un
fracaso a la vista del cielo:
veo
la dignidad
de
concluir con la tarde, en un gris moribundo
aplastado
a lo traslúcido. Una pizca
de
frío residuo planetario
hacia
abajo chupado, a lo indistinto.
En
su descenso cumple
una
certeza de orden, mientras ignoro
la
ley de mi propia disolución.
La
muerte
no
me reserva esa lógica suave,
su
tranquila mecánica
sino
un final inexacto, sometido
a
un desesperado anhelo personal.
Ni
ángel ni rebelde
No
arriesgó nada
no
practicó la irreverencia
no
mordió el sexo del paraíso
no
padeció la pesadilla de vivir
no
aulló por falta de demonios en el vientre
no
enturbió el agua de ninguna academia
no
gozó la locura de la realidad
no
destruyó su propia fisiología
no
reveló lo insensato de la sensatez
no
orinó ni escupió ni eyaculó fuera de foco
no
hizo de la palabra la enemiga total
no
metió ningún dedo en la llaga
de
ninguna cosa hizo destino
no
tuvo miedo de sí mismo
no
metió mundo ni absoluto en sus venas
no
arrulló entre sus brazos una bomba ni siquiera pacífica
no
tuvo pensamiento ni ademanes
ni
colores militantes
no
se encamó con el monstruo de sí mismo
no
hizo del vacío una utopía
no
amo ni para nacer ni para morir
no
telefoneó al otro mundo, no arrojó
bocanadas
de sangre sobre el orden y el lenguaje.
Fue
correcto adecuado municipal y obvio
o
sea una buena persona en el peor sentido de la palabra.
Rubén
Darío
Usted
me preguntaba cómo verificar
si
está vivo o muerto Rubén Darío.
Meter
un dedo en su tumba,
sentirlo
frío, no cuenta si usted palpa
sus
huesos rendidos.
¿Muy
esquemático?
Pero
si no me equivoco
su
pregunta tenía un sentido artístico.
En
cuanto a su poesía, escuche usted
cómo
respira todavía,
cómo
recrea su vasto lenguaje
y
perfecciona y ahonda las notas de su laúd.
Claro
que ya no bebe su vino al anochecer.
Con
excepción de ese hábito
ninguna
verdad rubendariana interrumpió la muerte.
Amantes
en la noche
Nos
amamos y apagamos el televisor
como
negando la realidad. Pero el mundo
insiste
en sus convicciones o las busca
por
motivos que ignoramos o acaso
porque
el crimen debe seguir su curso.
Desde
afuera, sus figuras insomnes
presionan
contras las paredes que nos refugian.
Se
encarnan en el viento, aullidos
de
neumáticos y en las inmediaciones
de
todas las cosas, tiroteos
que
no resuelven la discordia general.
Ahora
acumula hojas secas
al
pie de las ventanas y desliza
una
carta de origen desconocido
por
debajo de la puerta.
Pero
florecemos desnudos en medio de la noche
donde
el amor decide en su propia voluntad
y
por él sabemos cómo hacer de la historia
un
rumoroso escándalo que no nos concierne.
Orquesta
degollada
El
poema que cada uno
va
masticando como un chicle de idiota
es
poca cosa. Una preocupación ridícula
de
la vida individual, guitarrita de bolsillo,
cantito
de rana en los pulmons contaminados
cuando
la calle abunda de gente en todas direcciones.
Sólo
Dios sabe adónde va cada uno,
Pero
el Estado sabe
dónde
van todos con su pequeña música entre los dientes.
Traslado
a mi oído el verso mascado
para
probar su sonido: un fracaso que no resuelve
esta
muchedumbre sentimental hacia el ocaso
con
su rumor de orquesta degollada.
Fulgor
en el subte
Los
jóvenes amantes se lamían
las
caras y las manos, desnudando
en
la pública luz
la
energía de la creación, la mutua
penetración
de la materia viva.
Entonces
los señores y tristes pasajeros
se
irguieron esperando que el incendio
estallara
hacia todas direcciones y destinos:
dejando
que esa fuerza
se
filtrara en ellos y cavara
en
ropas, carnes, metales y maderas,
hasta
un liberado resplandor.
La
paz del torturador
El
torturador está cenando
con
su sagrada familia.
Todo
parece andar bien en este pequeño mundo.
Él
está satisfecho con su trabajo
tan
gratificante
que
con 220 voltios es capaz de hacer maravillas
como
arrancar de raíz
el
más recóndito secreto de Dios.
La
esposa no tiene por qué saber nada
acerca
de estos asuntos
que
por otra parte no le servirían
para
hacer una buena sopa.
Sus
dos hijitos admiran a papá
por
su generosa manera
de
llenar el mundo a su alrededor.
Cuando
llega de la calle
el
perro mueve felizmente la cola
y
a los dos les da lo mismo
cualquier
sistema social.
Por
alguna razón
Compré
café, cigarrillos, fósforos.
Fumé,
bebí
y
fiel a mi retórica particular
puse
los pies sobre la mesa.
Cincuenta
anos y una certeza de condenado.
Como
casi todo el mundo fracasé sin hacer ruido;
Bostezando
al caer la noche murmuré mis decepciones,
escupí
sobre mi sombra antes de ir a la cama.
Esta
fue toda la respuesta que pude ofrecer a un mundo
que
reclamaba de mí un estilo que posiblemente no me
correspondía.
O
puede ser que se trate de otra cosa. Quizás
hubo
un proyecto distinto para mí
en
alguna probable lotería
y
mi número no salió.
Quizá
nadie resuelva un destino estrictamente privado.
Quizás
la marea histórica lo resuelva por uno y por todos.
Me
queda esto.
Una
porción de vida que me cansó de antemano,
Un
poema paralizado en mitad de camino
hacia
una conclusión desconocida;
un
resto de café en la taza
que
por alguna razón
nunca
me atreví a apurar hasta el fondo.
La Yapa
1- Violín obligado, completo http://paginadepoesia.com.ar/escritos_pdf/violin_obligado.pdf
2-¿Quién es? Un poquito más de info http://www.laestafetadelviento.es/conversaciones/conversacion-con-joaquin-giannuzzi
5- El querido y recordado Jorge Ariel Madrazo dice de Giannuzzi http://lamasmedula.com.ar/2016/03/10/joaquin-giannuzzi-la-acre-belleza-del-desencanto/
¡Nos deseo una muy buena semana poética!
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