De regreso ya de mi viaje, retomamos nuestros Abordajes poéticos. Agradecemos a Lidia Vinciguerra, Presidenta en ejercicio de la Fundación Argentina para la Poesía, su amabilidad y generosidad en hacerse presente durante los jueves de octubre en los que estuve ausente, quien acercó al taller con riquísimas charlas y poemas a los poetas Osvaldo Rossi, Fernando Sánchez Zinny y Luis Alposta.
Hoy veremos la poética Margarita Abella Caprile
(1901-1960), poeta argentina muy poco conocida o poco recordada.
Poeta, escritora y
periodista, MAC era la bisnieta de Bartolomé Mitre por la rama materna. Tuvo
amistad con Alfonsina Storni y conoció a Gabriela Mistral.
Desde joven se dedicó a
la literatura. Su primer libro de poemas lo publicó a los 16 años. A los dieciocho
años ya había publicado dos poemarios: Primeros ensayos (1917),
claramente preparatorio; dos años después, Nieve, acechado por
las intuiciones de lo que sería su obra de madurez.
Realizó varios viajes al
exterior cuyas experiencias dejó por escrito. También escribió novelas cortas y
se dedicó al periodismo.
Desde 1955, sustituyó a
Eduardo Mallea como directora del Suplemento Literario del periódico La Nación, donde trabajó hasta su
muerte.
En 1938 recibió el Premio Municipal
de Literatura por su libro 50 poesías.
En 1950, su libro Lo miré con lágrimas recibió la Faja de
Honor de la SADE.
Falleció en Buenos Aires a
los 59 años el 28 de octubre de 1960, ayer hace 55 años.
Sus poemas se caracterizan por tener versos cortos,
con escasa rima asonante. Su lenguaje es temperado y sonoro, con claridad de
ideas, pocos versos encabalgados, más suaves aliteraciones que irán
incrementando su presencia e intensidad hasta lograr su tipo más percusivo.
Es una poesía pensada, de una persona culta.
Su poética está enmarcada dentro
del movimiento romántico, por lo tanto, luego, y ya que hace rato que mi piden
las características de los movimientos estéticos, incluiré un acercamiento al
tema. Y el recurso que tal vez más caracteriza su poética es el hipérbaton: también llamado transposición, es la alteración, cambio o variación del orden sintáctico o lógico de las palabras en la oración (el plural es hipérbatos, y es sin duda el recurso más utilizado desde el Renacimiento).
Obras
Ensayos (poesía, 1917)
Nieve (poesía, 1919)
Perfiles en la niebla (poesía, 1923)
Sonetos (poesía, 1931)
Geografías (libro de viajes, 1936)
50 Poesías (poesía, 1938)
Sombras en el mar (poesía, 1941)
Lo miré con lágrimas (poesía, 1950)
El árbol derribado (poesía, 1959)
Ensayos (poesía, 1917)
Nieve (poesía, 1919)
Perfiles en la niebla (poesía, 1923)
Sonetos (poesía, 1931)
Geografías (libro de viajes, 1936)
50 Poesías (poesía, 1938)
Sombras en el mar (poesía, 1941)
Lo miré con lágrimas (poesía, 1950)
El árbol derribado (poesía, 1959)
Aquí, algunos de sus poemas; muy poca obra de esta poeta estaba
hasta ahora online.
Pausa Urbana
Una
isla de calma
sobre
el mar de la urbe
de
pronto se levanta.
Una
quietud de cumbres
con su
aliento de ausencia
la
jornada interrumpe.
Murieron
las sirenas
en
campos de horizonte
y cesó
la estridencia
de
rieles y motores,
derrumbes
y bocinas,
campanas
y pregones.
Como
si de puntillas
sostuviera
su alma,
la multitud
camina.
La
multitud avanza
entre
los suaves fieltros
de la
tarde sonámbula.
Ahora
que el silencio
ha
podido asomarse
apagando
el estruendo,
con
espanto se sabe
que
hay escondido siempre
un
silencio en el aire,
pegado
a las paredes,
tendido
en las aceras,
calzado
en los relieves;
un
silencio que acecha
la
tregua del bullicio
para
elevar su inmensa
catedral
de infinito
cuyas
flechas señalan
el
margen de los siglos.
Por
las calles calladas
y con
andar sin eco
la
muchedumbre vaga,
diciéndose
entre sueños
y de
oído en oído
un
terrible secreto.
Ahora
que el continuo
murmurar
ha cesado
se
sabe que los gritos,
los
golpes y los cantos
de la
ciudad violenta
sólo
han sido inventados
para
ignorar la fuerza
irreductible
de una
misteriosa
presencia;
de una
presencia muda
que
detrás del desorden
con
paciencia se oculta;
pero
que en cuanto el hombre,
partido
en la tarea
de
asaltar vibraciones,
desfallecido
ceja,
surge
otra vez indemne,
renacida
y entera.
Ahora
que el paréntesis
hacia
el mundo inmutable
de lo
sin fin extiende
su
proyección, se sabe
que
siempre hay un silencio
diluido
en el aire,
aguardando
el momento
de
imponer su dominio
tentacular
y eterno
al
humano espejismo
que
obstinado despeña
los
peñascos del ruido.
Un
silencio que acecha
calzado
en los relieves,
tendido
en las aceras,
alto en los capiteles.”
Lo
miré con lágrimas, Editorial Losada, Buenos Aires, 1950.
Momento (fragmento) cuartetos
“Una luz suave, atenuada
por una gasa chinesca;
fuera, el invierno que gime,
dentro, un ambiente de iglesia.
En la florida llanura
de mi libro dos corceles,
pardos corceles, mis ojos,
corren veloces y leves.”
Nieve,
Otero y Comp. Impresores, Buenos Aires, 1919.
Alba
Taquicardia
del insomnio
cruenta
lucidez del alba,
balance
vertiginoso
de
los ya muchos ayer
que
han devorado el mañana;
sobresalto
de entender
que
esta existencia de ahora
es
ya “el después” que tan lejos
veíamos;
angustiosa
explicación
con el niño
que
aún somos, y que no cree
sino
en un vivir de siglos.
Congoja
de la abundancia
que,
llegada con nosotros,
retornará
al infinito,
porque
el futuro no alcanza
para
lo que pudo hacerse,
para
lo que no se dijo.
Inquietud
de realizar
que
en aquella encrucijada
Pudo
ser otro el camino.
Pánico
de no saber
si
así nos quiere el misterio
terror
de no percibir
el
insistente mensaje
que
acaso transmite. Miedo
del
espanto de la muerte
y
de estar sola y sin nombre
perdida
en un panorama
de
razas y de milenios.
Conciencia
atroz de sí mismo;
Pensar
que, tal vez, hubieran
las
cosas debido ser
de
otra manera.
Soledad
¡Ah,
qué desolación y qué cansancio
este
inútil luchar,
cada
espíritu es como una isla
a
la que nadie nunca arribará!
Rodeado
por el mar de su egoísmo,
o
rodeado quizás
por
el mar de zafiro del ensueño
cada
espíritu siempre solo está
A
través de esa hondura de ellos mismos
ni
las ideas llegarán jamás,
se
desvirtúa nuestro pensamiento
al
cruzar.
La
incompleta invención de las palabras
aleja
más y más,
¡qué
angustia repetir toda la vida
la
explicación que nada explicará!
Y
sentir el horror de lo imposible
frente
a esa fatal
e
infinita muralla de las almas
que
ni el amor consigue derrumbar.
Y
volver otra vez sobre lo andado
después
de tanto andar,
¡Y
de nuevo la trágica y profunda
soledad!...
Obstinación
O
vivir sin vivir, o ser flexible
y
preferir la vida al pensamiento
Ser
Brunilda en la roca inaccesible
o
un cuerpo más que busca su alimento.
Ser
ventisquero escrutador de auroras
o
lluvia humilde que rocía herbajes;
Ser
un torrente de aguas promisoras
o
lago inmóvil que olvidó sus viajes.
Quedarse
solo o aceptar la estulta
mediocridad
que, absurda, se envanece
nutriendo
la raíz porque se oculta;
Podando
el árbol si la rama crece.
Ser
valiente o plegarse a las consejas
que
arteras brotan de las muchedumbres,
y
trocar por un plato de lentejas
una
herencia de cumbres.
¡Vanos
dilemas! A ningún llamado
resignaré
mi voluntad de vuelo.
Yo
he de ir por el mundo encandilado
cegando
luces para ver el cielo.
Más
poderoso que los falsos ruidos,
mi
áspero impulso cimbrará sonoro,
inquietando
el dormir de los vencidos
con
su implacable resonancia de oro.
Sólo
claudicará la desmedida
y
noble obstinación que me hace fuerte,
cuando
al fin del camino sin salida
me
encuentre con la muralla de la muerte.
La
fuente
Y
era una sed inmensa y el agua ya se había
terminado.
En el cielo era de fuego el Sol,
un
árido desierto el alma recorría,
y
el desierto alargaba su implacable extensión.
Ni
un árbol, ni una brisa; la fuente de agua pura
era
el vano espejismo que formaba el dolor.
Anhelante
y sin fuerzas, en marcha hacia la altura
el
alma proseguía su peregrinación.
Y
su angustia crecía con la sed que aumentaba,
su
imaginar inquieto era como un fulgor.
Manantiales
divinos, luminosos, creaba
Y
era tal la belleza de su alucinación,
que
en tanto que así absorta con la fuente soñaba
sin
verla al lado mismo de la fuente pasó…
La
puerta
Mientras
el grito helado del invierno
su
gélido pregón extiende afuera,
y
en tanto que la noche
la
luz del fuego con su sombra aumenta,
a
veces de improviso
con
misteriosa y tímida cautela
sin
que nadie la empuje
se
entreabre la puerta.
Uno
dice: -“Es el viento”,
Otro
replica: -“¡Cierra!”.
Con
honda expectativa
yo
miro a ver quién entra.
Los
recuerdos que ya no recordamos
tristes
tal vez a reprocharnos llegan,
los
recuerdos que un día
fueron
dulzura en medio de la pena.
Quizás
con su reclamo doloroso
vuelve
a nosotros toda la dispersa
vibración
que dejamos por la vida.
Acaso
la emoción sencilla y buena
que
no encontrara eco en otras almas
Silenciosa
regresa…
O
bien, con invencible dulcedumbre
los
que se fueron más allá del límite
de
la existencia.
Tal
vez aquel que un día de Septiembre
se
fue a buscar la Primavera eterna…
Uno
dice: -“Es el viento”,
Otro
replica: -“¡Cierra!”.
Con
honda expectativa
mis
ojos escudriñan el vano de la puerta…
Como pueden ver, su poética se adscribe plenamente al romanticismo, del que más abajo damos un
acercamiento y características.
Romanticismo
El Romanticismo fue un movimiento cultural originado
en Alemania y en el Reino Unido a finales del siglo XVIII como una reacción
revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el Neoclasicismo,
confiriendo prioridad a los sentimientos. Su característica fundamental es la
ruptura con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas
estereotipadas. La libertad auténtica es su búsqueda constante, por eso es que
su rasgo revolucionario es incuestionable. Debido a que el Romanticismo es una
manera de sentir y concebir la naturaleza, la vida y al hombre mismo que se
presenta de manera distinta y particular en cada país donde se desarrolla,
incluso dentro de una misma nación, se manifiestan distintas tendencias
proyectándose también en todas las artes y postulaba:
·
La conciencia del yo como entidad autónoma y, frente a
la universalidad de la razón dieciochesca, dotada de capacidades variables e
individuales como la fantasía y el sentimiento.
·
La primacía del genio creador de un universo propio,
el poeta como demiurgo.
·
Valoración de lo diferente frente a lo común, lo que
lleva una fuerte tendencia nacionalista.
·
El liberalismo frente al despotismo ilustrado.
·
La originalidad frente a la tradición clasicista y la
adecuación a los cánones. Cada hombre debe mostrar lo que le hace único.
·
La creatividad frente a la imitación de lo antiguo
hacia los dioses de Atenas.
·
La nostalgia de paraísos perdidos (de la infancia o de
una nación).
·
La obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la
obra perfecta, concluida y cerrada. El romanticismo es el primer movimiento
europeo.
·
Libertad de creación frente a los
cánones del Neoclasicismo.
·
Subjetivismo e
individualismo frente a la rigidez de las reglas académicas. Se valoran
especialmente la originalidad, la diversidad y la particularidad frente
a la unidad de la Ilustración.
·
Importancia de los
sentimientos, las emociones y las pasiones (amor,
sufrimiento, odio). Se exaltan los sentimientos religiosos, patrióticos y
los inspirados en la naturaleza (el paisaje alcanza gran
interés). Cobran relieve las ideas de libertad e igualdad.
·
Excelencia de la imaginación y
la fantasía frente al racionalismo clasicista de los ilustrados,
recreando mundos pasados (fundamentalmente, la Edad
Media) o exóticos (Norte de África y Oriente).
·
El instinto frente a la razón y
las situaciones límite frente al equilibrio y la armonía.
Como yapa, esta nota que escribió el querido amigo y poeta Antonio Requeni
al cumplirse 100 años del nacimiento de Margaritín, como le decían a MAC.
Recuerden subir sus poemas al blog, y ¡buena semana poética!!!!
Ejercicio
ResponderBorrar29-10-15
Hipérbaton
Margarita Abella Caprile
Eterno devenir
Desconocida, mirada de lejos
la palabra, sin sentido marcha
antigua guerrillera, desatada.
Canto del aire que corta
insensato el vuelo de pájaro
innato, fértil,
de nuestros sueños.
Las manos secas
serias, desconcertadas
de tanta lejanía de
desiertos sin oasis
ni esperanza,
se difuminan
en íntimos silencios.
Pero el río
el viejo y querido río
por el subsuelo
el borde
la cornisa de la oscuridad
murmura caricias
siembra estrellas
seca las lágrimas.