Hoy finalizaremos el trabajo con el enorme recurso del eufemismo.
Recordemos de paso que un recurso es una fuente o suministro del cual se produce un beneficio. Y en especial, un recurso literario es una herramienta que se utiliza para generar ciertos efectos de estilo en textos. En general, se trata de usos especiales o poco habituales del lenguaje, diferentes de los usos cotidianos. Por eso insistimos en que el recurso del eufemismo excede lo literario.
Recordemos de paso que un recurso es una fuente o suministro del cual se produce un beneficio. Y en especial, un recurso literario es una herramienta que se utiliza para generar ciertos efectos de estilo en textos. En general, se trata de usos especiales o poco habituales del lenguaje, diferentes de los usos cotidianos. Por eso insistimos en que el recurso del eufemismo excede lo literario.
Veremos la contracara, contrario u opuesto del eufemismo, este recurso
tan extendido en nuestra habla diaria y literaria: el disfemismo.
Un disfemismo es
una palabra o expresión deliberadamente despectiva o insultante que
se emplea en lugar de una más neutral. Puede usarse humorísticamente.
Un ejemplo de disfemismo es "espicharla", "estirar
la pata", “cagar fuego” o "colgar los guayos" por
morir. El eufemismo equivalente sería "pasar a mejor vida".
Precisamente porque los eufemismos suelen tratar de sexo y muerte, los
disfemismos también lo hacen.
Incluso, es tan rico el lenguaje y depende tanto de la connotación del
hablante/texto, que una misma expresión puede ser eufemística y disfemística a
la vez, dependiendo del contexto. Un
eufemismo irónico bien podría ser un disfemismo disfrazado.
Aquí otros ejemplos:
·
Comida
basura, comida chatarra: fast food, comida
rápida.
·
Caja
tonta / caja boba: el televisor
·
¿Me das un taco de cáncer?: ¿Me das un cigarrillo?
·
Está sembrando yucas, o criando malvas, está mirando las margaritas
desde abajo: está enterrado o muerto.
·
Matasanos: médico.
·
Árboles muertos: publicación impresa en papel en contraposición a los
medios digitales o los libros electrónicos.
Antes de realizar el abordaje hacia la poética del / de la poeta elegido/ a, les insisto nuevamente: este recurso no se utiliza sólo en poesía que manifieste los sentidos amorosos, como hemos estado viendo estas dos clases anteriores. Pero fuimos adentrándonos a través de la antología específica y luego hoy veremos a esta poeta tan libre y hasta picante, bueno, por el recurso en sí, porque me lo han pedido, y otro poco porque estamos en noviembre, entramos en la curva final del año, del mejor tiempo, climatológicamente hablando, calorcito, tibieza en el alma y en la piel, y dan más ganas de salir a disfrutar de la vida. Por eso, y a pedido de ustedes, traigo una poesía del disfrute de los sentidos.
E insisto: no existen los libros de autoayuda, porque todos los libros son de autoayuda, si es que uno se deja ayudar. Insisto un poco más: no existen las etiquetas, esto de la poesía erótica, este encasillamiento: para mí es poesía. Y de la buena.
Aquí, una imagen de la famosa escultura del gran Auguste Rodin, titulada "El beso". Y para los que quieran verla más de cerca, una de las copias hechas por el autor está en nuestro maravilloso Museo de Bellas Artes de Buenos Aires.
Hoy finalizaremos también nuestra excursión por la poesía amorosa y,
especialmente, la llamada poesía erótica. Veremos la obra de una maravillosa y fina poeta contemporánea, Ana Rossetti.
Ana Bueno de la Peña, más conocida como Ana Rossetti, es una escritora absolutamente versátil, ha creado una obra rica en registros y géneros; española, hija de italiana y español, adoptó el apellido materno para difundir su obra; nació en Cádiz en 1950. Ha
combinado a lo largo de su vida el teatro, la poesía y el género narrativo. Su
obra es una mezcla de erotismo, esteticismo y culturalismo. Aunque es muy
conocida por su obra poética, también ha escrito textos teatrales, un libreto
para ópera (en torno a la figura de Oscar Wilde, estrenada en la Sala Olimpia
de Madrid en 1993 y con música de Manuel Balboa), novela, libros para niños y
relatos. Esta poeta gaditana, que revolucionó el panorama literario en la
España de los años 80, se encuentra por derecho propio entre los mejores poetas
españoles de la poesía española contemporánea.
·
Obra
poética
·
Los
devaneos de Erato, 1980
·
Dióscuros
1982 (recogido en Indicios vehementes)
·
Devocionario,
1985, Premio Internacional de Poesía Rey Juan Carlos I.
·
Indicios
vehementes, 1985
·
Yesterday
(antología de sus libros anteriores más algunos poemas inéditos), 1988
·
Apuntes de
ciudades 1990
·
Virgo
potens 1994, con Jorge Artajo
·
Punto
umbrío, 1996
·
La nota
del blues 1996
·
Ciudad
irrenunciable 1998, Antología.
·
La
ordenación: retrospectiva (1980-2004), 2004, Poesía completa.
·
Llenar tu
nombre, 2008.
·
El mapa de
la espera, 2010.
·
Producción
narrativa
·
Plumas de
España, 1988
·
Prendas
íntimas 1989, relatos eróticos.
·
Hasta
mañana, Elena 1990
·
Alevosías,
1991, Premio La Sonrisa Vertical de Novela Erótica
·
'Mentiras
de papel 1994
·
Una mano
de santos, 1997, relatos
·
El
antagonista, 1999
·
Recuento.
Cuentos Completos, 2001
·
El
aprendizaje personal 2001
·
El botón
de oro 2003, novela policíaca.
·
Literatura
infantil y juvenil
·
Un baúl
lleno de momias 1997
·
Un baúl
lleno de dinosaurios 1997
·
Un baúl
lleno de lluvia 1997
·
Un baúl
lleno de piratas 1997
·
El club de
las chicas Robinson 1999
·
Las
aventuras de viela calamares 1999
·
Viela,
Enriqueto y su secreto 2000
·
Álex,
Luisito y el osito y un montón de huevos fritos 2001
·
Otros
géneros
·
El secreto
enamorado 1993, libreto de ópera.
·
Pruebas de
escritura 1998, ensayo.
·
Las bodas
reales 2005, con Jorge Artajo.
·
Buenos
días Sr. Hoy 2007, con Jorge Artajo.
Estilo
poético
Ana Rossetti se crió en la España de Franco,
una sociedad rígida y tremendamente conservadora, represora de las ideas y de
la sexualidad. Tal vez de allí extrajo
la fuerza que la caracteriza desde 1980, cuando publicó su primer libro, Los devaneos de Erato, y supo ocupar un
lugar en la España de poética culturalista y contracultural de Los Novísimos
(un grupo de poetas de vanguardia de los ´70) con nuevas propuestas líricas
cargadas de referentes eróticos.
La utilización del erotismo como motivo
recurrente es uno de los mecanismos que utiliza Rossetti para incorporar su
perspectiva acerca del mundo femenino e invertir la posición de la mujer en
relación a la del hombre. Tradicionalmente, la mujer ha ocupado un lugar de
pasividad dentro de la poesía occidental. La poesía de Rossetti explora los
límites del cuerpo femenino, aquellos límites que habían sido impuestos por la
sociedad patriarcal en la que surge la lírica amorosa tradicional. Asimismo, en
algunos poemas juega con la dualidad entre sexo y muerte, eros y tánatos.
Si bien ella utiliza el recurso del eufemismo
para describir el acto sexual o los cuerpos de los amantes, va mechando sus
poemas con metáforas, imágenes y descripciones con definitorias, pero siempre con
gran altura.
A continuación, en estos links se podrá
estudiar un poco más su poética con mayor detalle:
Y algunos de sus poemas:
Yesterday
Es tan adorable introducirme
en su lecho, y que mi mano viajera
descanse, entre sus piernas, descuidada,
y al desenvainar la columna tersa
su cimera encarnada y jugosa
tendrá el sabor de las fresas, picante
presenciar la inesperada expresión
de su anatomía que no sabe usar,
mostrarle el sonrosado engarce
al indeciso dedo, mientras en pérfidas
y precisas dosis se le administra audacia.
Es adorable pervertir
a un muchacho, extraerle del vientre
virginal esa rugiente ternura
tan parecida al estertor final
de un agonizante, que es imposible
no irlo matando mientras eyacula.
El jardín de las
delicias
Flores, pedazos de
tu cuerpo;
me reclamo su
savia.
Aprieto entre mis
labios
la lacerante verga
del gladiolo.
Cosería limones a
tu torso,
sus durísimas
puntas en mis dedos
como altos pezones
de muchacha.
Ya conoce mi
lengua las más suaves estrías de tu oreja
y es una caracola.
Ella sabe a tu
leche adolescente,
y huele a tus
muslos.
En mis muslos
contengo los pétalos mojados
de las flores. Son
flores pedazos de tu cuerpo.
"Los devaneos de Erato" 1981
Llámame
Paraíso sin ti, ni imagino ni quiero
Julio Aumente
Yo aguardo la señal para reconocerte.
Cada noche, mientras tiembla el invierno
y abatida la lluvia se derrama
y el frío elige calles y restalla cordeles,
indóciles cabellos de pronto destrenzados,
yo aguardo la señal.
Y te busco incesante, y en la música entro:
acolchada la puerta se cierra tras de mí,
la sombra me golpea y mis ojos insisten,
suelta lanza dispersa y confundida.
Por el esbelto nardo y el armonioso alerce,
sauce, flor, el oro se desnuda,
gráciles piernas, bosques, enramadas:
dime, serpiente, dónde tus anillos.
Irresistible seductora mía, sin ti mi rostro
es fervoroso girasol anclado, es alabanza inerte,
no selva trastornada, no subterránea herida
ni belleza.
Sin deseos, sin sed, sin perseguido abismo,
sin que aceches y ofrezcas y arrebates,
qué jardín, dime tú, qué jardín
se podría llamar paraíso o delicia.
Mi tentación hermosa,
cada noche te busco, cada noche.
Y aguardo tu señal, transida ya de ti
para reconocerte y entregarme.
Sálvame
Mis ojos, por tu cuerpo reclamados,
de su hermosura avisan, amplio torso devastan
y en la estrecha cadera contiénense aturdidos.
Sin indulgencia alguna muestran al labio hambriento,
de cerezas mordientes, la semilla
y al igual que mis dedos el más ardiente roce
de tu piel se presagia, de la amatista intrusa
e irisado pezón, en mi confusa lengua
avívase su tacto.
Las feroces punzadas de un turbador augurio
procura apaciguar mi inasaltado vientre,
pero es vano el combate del que ya ha sido herido.
Y es un abismo el goce, el anhelo locura,
es tu nombre invocado amarga extenuación
y tu cuerpo inminente rigurosa medida
de mi infierno.
De este insaciable afán dicen que has de salvarme.
Pero lo cierto es que enfebrecida aguardo
y que puedo morir antes de que me toques.
Custodio
mío
Salamandra es deseo
bebiendo en los topacios de un estanque,
en cielos de Giotto,
en las bóvedas húmedas de translúcida yedra.
Morera y vid se agotan en tu mano.
Es deseo caballo enloquecido
de temor bajo un raudal de agua,
cascada donde estalla el arcoíris,
desbaratada trenza entre piedras cayendo.
Brazo tuyo defensa en mi cintura.
Y como la belleza -desmesura, naufragio
o voluble liana que se empina hasta el cedro
sofocándolo- el deseo penetra y es herida.
Cuerpo tuyo, cercado que mi pasión desborda,
todo escudo en dócil miel fundido
y es inútil tu intento: a un labio enamorado
ni el laurel más mortífero detendría.
Ya no podrás lograr que permanezca intacta,
angélica tesela en su alto dominio,
que mi emoción recorte cual ciprés
en un parque atildado,
que contemple el abismo desde los barandales
y al vértigo resista.
Crueldad subyugadora es el deseo.
Y me entrego a su lanza, y ho quiero rehuir
su mordedura.
Apártate de mí, no quiero que me guardes,
que en mi cuerpo refrenes lágrimas ni jardines,
y antes de que las quejas aviven mi desprecio,
los avisos mi cólera, caiga sobre tus labios
-incendio alertador, granada suplicante-
la delicada muerte de mi olvido.
El
jardín de mis suplicios
En el jardín secreto, bajo el árbol,
despacio, muy despacio, desataste mis trenzas
y luego, impetuoso, porque yo sentí frío
y terca me negaba, arrancaste mi ropa.
Con cíngulo de alta enredadera
la deslucida organza que sirviera de colcha
a la cuna común, experto me ceñiste.
En la callada hora, muy lejos de los padres,
con jugo de geranios la boca me teñías
y ajorcas vegetales en mis breves tobillos,
se enroscaron.
Bailé furiosamente.
Cual halo tras de mí henchíase la túnica,
en torno a ti crecían los aros de mis huellas.
Yo, tanagra diversa, evasivo laurel
y tú quieto. Perfectamente quieto
salvo el brazo con el que me flagelabas.
Where
is my man
Nunca te tengo tanto como cuando te busco
sabiendo de antemano que no puedo encontrarte.
Sólo entonces consiento estar enamorada.
Sólo entonces me pierdo en la esmaltada jungla
de coches o tiovivos, cafés abarrotados,
lunas de escaparates, laberintos de parques
o de espejos, pues corro tras de todo
lo que se te parece.
De continuo te acecho.
El alquitrán derrite su azabache,
es la calle movible taracea
de camisas y niquis, sus colores comparo
con el azul celeste o el verde malaquita
que por tu pecho yo desabrochaba.
Deliciosa congoja si creo reconocerte
me hace desfallecer: toda mi piel nombrándote,
toda mi piel alerta, pendiente de mis ojos.
Indaga mi pupila, todo atisbo comprueba,
todo indicio que me conduzca a ti,
que te introduzca al ámbito donde sólo tu imagen
prevalece y te coincida y funda,
te acerque, te inaugure y para siempre estés.
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Y les paso además este dato:
/http://www.cultura.gob.ar/agenda/la-seduccion-fatal-imaginarios-eroticos-del-siglo-xix/
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Y les paso además este dato:
/http://www.cultura.gob.ar/agenda/la-seduccion-fatal-imaginarios-eroticos-del-siglo-xix/
Plis, recuerden subir sus poemas al blog. Nos vemos, buena semana.
Ejercicio
ResponderBorrarErotismo - eufemismo
6-11-14
Terra incognita
La penumbra silenciosa
espía, jadeante.
Las palabras, esperan,
en vano, su turno.
Morosamente, nos dibujamos.
Húmedos valles, increadas troneras
laten, tiemblan, cuando
forzamos baldíos lindes.
Y el amanecer,
cómplice,
nos deja soñar
un poco más.
coso tu piel
ResponderBorrarracimos de luz
sobre los muslos de vid
de tu inocencia
recorro el inseguro mapa
de tus dientes
labro la indócil pregunta
estocada final
de la ignorancia
y en pezones de luz
descamiso
la noche de tu boca
alba estrella gutiérrez
VIVIRÉ A PESAR DE TODO.
ResponderBorrarSaldré con vida del poema
eres versos suplicante
repta serpiente condenada
a tu piel de amnesia transparente
cerezos en flor murmullan en tus labios
de congoja y arrepentimientos
de sabores azucarados
deseo amanecer acunánandote
en la espesura sublime
en la orilla salitrosa del mar
muriendo en el atardecer
canto sin rima ni la primera con la cuarta
ni la segunda con la tercera
los dias olvidados delirio de olvido
saldré con vida del poema.
MIGUEL CURCIO.
corrijo verso diez :orilla salitrosa del mar.
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