jueves, 14 de julio de 2016

Clase N° 12 /año 3 - jueves 30 de junio 2016

TODO ES ADREDE
EN MARIO BENEDETTI


La palabra adrede es quizá la más directa y específica definición de la obra benedetiana. Y justamente es la que utiliza en el título de su último libro.

Adrede tiene su origen etimológico del latín ad directum, es decir, en forma intencional, sin tapujos, sin recato. Para llegar a su acepción actual, parece ser que esta palabra provino del término catalán del siglo XII adret, que refiere a premeditación, alevosía, ventaja.

Son sencillas reflexiones acerca de la vida. A la manera de las greguerías gomezsernianas y como una nueva mueca más ante las seriedad de lo inexorable de la muerte, el poeta y escritor uruguayo Mario Benedetti publicó a fines de 2007 su última obra, titulada Vivir adrede. Su manifiesto poético-político-vital.






Escrita en prosa poética, realiza adrede un desenfadado testamento literario en el que reflexiona sobre todo aquello que forma parte de nuestra experiencia vital.   

Casi un desconocido Benedetti o quizá sea finalmente el más esencial Benedetti, tanto que sorprende gratísimamente. Vivir adrede está divida en tres partes bien diferenciadas.

La primera se titula Vivir y allí abundan las referencias explícitas ante la vida, ante los sentimientos más íntimos, ante el miedo, el dolor de las ausencias, la melancolía, pero claro, el poeta se siente cerca del final de su vida y entonces narra ya por y con el divertimento de narrar, sin desilusión ni desasosiego. Habla asimismo de los paisajes cotidianos y sobre todo de sus temas permanentes: el paso del tiempo, el silencio y la soledad.

La segunda parte lleva el título de adrede, es decir, con intención expresa, con conocimiento de causa, premeditada e intencionalmente. De esta forman parte pequeños relatos más optimistas, plenos de frescura y brío más la crítica política al sistema capitalista, al imperialismo y a los abusos de poder haciendo claras referencias a las dictaduras que hubo en toda Latinoamérica durante el siglo XX.

La tercera y última parte la titula Cachivaches: una serie de sencillas, espontáneas, campechanas, divertidas paradojas más juegos de palabras y reflexiones.

Pero retomemos el concepto de Gómez de la Serna. Las greguerías –género creado por el escritor español Ramón Gómez de la Serna (1888-1963) – son textos breves semejantes a aforismos, que generalmente constan de una sola frase expresada en una sola línea, y que expresan de forma aguda y original pensamientos filosóficos, humorísticos, pragmáticos, líricos, o de cualquier otra índole.


Mario Benedetti se llamaba totalmente así: Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia, había nacido en la pequeña ciudad uruguaya de Paso de los Toros el 14 de septiembre de 1920 y murió en Montevideo el 17 de mayo de 2009. Integrante de la Generación del ´45 de su país, a la que pertenecieron también Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti, entre otros. Su prolífica producción literaria incluyó más de 80 libros, algunos de los cuales fueron traducidos a más de 20 idiomas.


A continuación leeremos algunos textos elegidos de esta obra. Pueden ver en ellos el relieve poético de su prosa, la delicada ironía, la aliteración porque sí, divertida. Es un ensayo acerca de la palabra donde nada tiene un género definido. Se trata de un escritor consagrado que pudo darse el lujo de escribir un libro que, dado su fresco desparpajo, no se puede –ni se debe– encasillar. Escrito sin duda sobre un corpus de palabras elegidas y preferidas. Los números son los que aparecen en el orden de la obra. 


De Vivir

73. Arte poética

Cada poeta va creando su arte poética, que en el fondo es la regla de no tener reglas. A veces es un pedacito de realidad, que llega con el color que ha podido rescatar de la calle, de la montaña o del río.
Otras veces es un archivo del pasado, que trae reminiscencias superadas pero no borradas definitivamente. Un arte poética es la vía crucis de las palabras y quizá por eso es dignificada por los sentimientos y los pájaros, y también por alguna de esas primorosas mujeres que vuelan en el sueño.
Cada vate lleva su arte poética en algún bolsillo de su penuria o de su gloria. Nadie piense que se trata de un padrón ambulante, pero sí que por ese espacio desfilan las envidias ajenas y las esperanzas propias.
El arte poética no es arte ni es poesía. Es simplemente una cadena de nociones, un rostro propio a descubrir y, en el mejor de los casos, a conquistar sin engañamos.


72. No voy a irme

No voy a irme así nomás. Tendrán que echarme sin motivo. Yo y mis talones en la tierra decimos no, que aguantaremos.
Pueden mandarme vendavales o filatelias del agravio: la colección de mis descuidos, de mis erratas, de mis queridos disparates, de mis tropiezos evitables, de mis inútiles extravagancias, de mis escándalos de ateo. No voy a irme así nomás, por algo aquí me concibieron y fui nacido y caminé descalzo sin herirme, dialogando con el silencio y con el mar y con las nubes, con lluvia y sol tan incesantes y siempre con algún secreto, minúsculo o tremendo pero mío, como una forma de eludir cierta carcoma inevitable.
No voy a irme así nomás. Si soy superfluo o desolado, la trayectoria de mis culpas se va y regresa con lo aprendido, y yo la espero aquí en mi noche.
No voy a irme y si me voy, será para estudiar la nada.


42. Aplausos

El aplauso es por lo general una recompensa de lo ignoto. Puede sonar aislado o como un coro imponente de palmas. Sobreviene como el ámbar y a veces tiene color de profecía. Puede ser una peligrosa tentación o también un azoro de la humildad.
Cuando provoca jaqueca o dolor de garganta, es porque no estamos preparados para el rito.
Si el aplauso es un alrededor, vale la pena alzar el vuelo. No para siempre, por un rato, medir de lejos la eclosión, sin repentina vanidad y sin falsa modestia.
Como el aplauso viene de las sombras hay que pensar por qué.. De todos modos uno los colecciona: cuelga algunos en el corazón y otros en el perchero.
El aplauso puede ser un mensaje, un empeño, un galardón, pero también una lástima, un golpe de ironía. Puede venir de tres amigos generosos o de un estadio repleto.
De todos modos, hay que aprender a vivir sin aplausos, o sólo con el aplauso de la conciencia espontánea y veraz.


25. De palabra en palabra

Uno de los trayectos más estimulantes de esta vida es el tránsito por el idioma. El pensamiento avanza de palabra en palabra. Es una senda llena de sorpresas y algunas veces totalmente inédita. Y cuando pasa a ser sonido, cuando cada vocablo por fin coincide con la voz que lo espera, entonces lo normal se convierte en milagro. Paso a paso, sílaba a sílaba, el idioma pasa a ser una revelación. Y qué placer cuando un prójimo cualquiera sale a nuestro encuentro, paso a paso también, sílaba a sílaba, y su palabra se abraza con la nuestra.
Las maravillas y las impurezas emergen repentinamente del olvido y se introducen sin permiso en nuestro asombro. Gracias al idioma, sobrevivimos. Porque somos palabra, quién lo duda. El lenguaje es una bolsa de ideas, una metafísica que no tiene reglas, una propuesta que cada día es distinta.
Al flanco de los cedros y los pinos crecen los nombres y las flores, porque el lenguaje es también un jardín.


De Adrede

1 Todo es adrede

De todos los tiempos, los viejos y los nuevos, quedan las virutas de la vida. A pesar de las tropas invasoras, de las religiones que bendicen las guerras, de los profesionales de la tortura, de los imperios del asco, de los amos del petróleo, del fanatismo con los misiles.
A pesar de todo, van quedando las virutas de la vida. A ellas nos abrazamos y encomendamos, con ellas nutrimos nuestra endeble conciencia y alimentamos sueños y ensoñaciones.
Todo es adrede, bien lo sabemos.
Desde el maleficio de las drogas hasta el desmantelamiento de la juventud.
Todo está destinado a que no creamos en nosotros mismos y menos aún en el prójimo indefenso.
Nos obligan a vender por peniques el patrimonio virgen, y en el mercado de cambio compran sentimientos con promesas. Todo es adrede: los celos y el recelo, sospechas y codicias, odios en desmesura, el rencor y la pugna. La consigna es someternos, mentirnos el futuro, reconocernos nada.
Todo es adrede y por eso construyen ideologías/ basura donde intentan moler las virutas de vida. De la vida. La nuestra. Ah, pero no podrán. También nosotros creamos nuestro adrede.
Aposta lo gastamos. Y adrede ya sabemos cómo sobrevivir.


3. Candor

A sus ocho años, Gabrielito, tenía a veces arranques sorpresivos. Era muy despierto, quizá demasiado.
Con el abuelo se llevaba bien, pero en una ocasión le preguntó:
—Abuelo, ¿vos siempre fuiste viejo?—
No, Gabriel. Yo hace mucho fui niño, como vos ahora.
—O sea que yo también seré viejo.
—Ojalá llegues a los 85 años, como yo.
—¿Y no puedo seguir siendo niño a edad tan avanzada? —No, Gabriel. La infancia dura
poco. Dentro de unos años ya te saldrá bigote.
—No quiero bigote.
—¿Por qué?
—Porque el bigote lastima a las muchachas cuando uno las besa.
—¿Y vos besás a tus compañeras en el colé?
—No, son demasiado inocentes.
Prefiero besar a mis primas. Son tan picaras que hasta me besan en la boca. Y me gusta.
—Ves mucha tele, ¿verdad?
—Sólo las películas prohibidas para niños. Las moralinas de adultos son insoportables.
—Ayer vino tu tío con Teresa, su nueva esposa. ¿Qué te pareció?
—Me gustó. Tenía las manos calentitas y me habló con palabras difíciles, como epílogo, destreza, fisgoneo. Cuando salieron, me fui derecho al diccionario.
—¿Sabías que ella es su tercera esposa?
—¿Ah sí? Y con las otras dos ¿qué hizo?, ¿las mató?

Esto es un cuento, y parece de realismo mágico. Un niño de 8 años, que contesta como adulto. Al principio lo trata de niño (Gabrielito) pero luego se convierte en un diálogo de adultos.


De Cachivache

He aquí a la manera de las greguerías. 

1
La más notoria virtud de la poesía es que no es prosa.

2
Cuando uno se lava la cabeza los pensamientos se purifican.

3
Si rememoro que cuando niño viajé en el último tranvía con trole, me siento casi centenario.

4
Hay papeles en blanco que se enamoran de una lapicera.

5
Para sacar provecho de la ruleta, hay que concurrir al casino con muy poca
plata y salir corriendo cuando se gana.

6
El semáforo rojo es formidable, porque allí se frena el que me persigue.

7
«Salud y libertad» fue la contraseña de nuestro Artigas. En ciertos brindis de Hamburgo y de Bremen, yo la usé a veces en alemán («Gesundheit und Freiheit») y sonaba bien.

10
Los dolores de barriga son formas del desaliento.

14
Cuando tenemos sueño, los bostezos salen a pedir de boca.

16
Lo consuetudinario es la forma más larga de la costumbre,

17
En el silencio caben todos los ruidos.

18
Los presos saben de memoria las arruguitas de la pared.

19
Las ventanas son los ojos del mundo y las cortinas son sus párpados.

20
Cuando un soneto se queja es porque le falla la rima de un cuarteto.

21
Los pordioseros piden por Dios y por Eros.

22
Desgraciadamente, la usura, al igual que las viejas iglesias, no tiene cura.

25
Si uno se mira en el río, ya no se encuentra en el lloro.

26
Lo contrario del aire es el desaire.

27
Cuando las elecciones políticas dan resultados muy parejos, deberían definirse por penales.

29
Hay cuerdas vocales, pero no hay cuerdas consonantes.

34
Las estrellas errantes no tienen brújula.

35
Mi economía es lo contrario de la econotuya.

37
El calvario es el, destino de los calvos.

39
A los antropófagos no siempre les cae bien la comida.

50
Es sabido que muchos gallegos, para escapar de. la guerra civil, huyeron a países de América Latina, entre otros a Uruguay, donde fueron bien recibidos y formaron familia. Luego la situación se invirtió. En nuestro país hubo dictadura y en España volvió la paz. Tengo un recuerdo muy particular de La Coruña.
Una tarde entré en una cafetería, por supuesto de gallegos, y para mi sorpresa vi que allí estaban colgadas banderas de Nacional y Peñarol y además tenían un buen aparato de radio para escuchar noticias de nuestro país. Evidentemente, se habían llevado a su Galicia un buen trozo de nuestro Uruguay. Lindo puente sobre el Atlántico, ¿no?

56
El signo ortográfico de la corrupción es el punto y coima.

58
Al cachalote le gusta el chocolate.




El ejercicio que intentaremos hacer es un texto sintético en contenido semántico y mordaz, a la manera de Benedetti.

¡Buena semana poética!!






2 comentarios:

  1. Ejercicio

    Sobre Mario Benedetti

    Estaño

    Transido de años de vasos apurados, tenedores danzando nerviosos pax de deux con esquivos cuchillos, libros ojerosos, maculados de tuco y cerveza, de calladas confesiones culposas, descansa ese prosaico rectángulo de metal refulgente. El estaño mira, paciente, esperando el último trapo de la noche.

    ResponderBorrar